San Serapio, religioso y mártir (1179 – 1240)

Nacido en Londres, en el 1179.Fue hijo de un capitán inglés, al servicio del rey Enrique II (quien ordenó el asesinato de Tomás Becket, arzobispo de Canterbury). Serapio representa una figura emblemática del Medioevo.

Soldado y mártir, hombre de pensamiento, pero, sobre todo, de acción, Serapio es una persona inquieta, que, en el curso de su vida, recorre toda Europa y toda África del norte, en una serie de iniciativas, que concluirán con el martirio.

Es aún niño cuando acompaña a su padre en la tercera Cruzada, liderada por Ricardo Corazón de León. A su vez, participa en la conquista de San Juan de Acre y en el asedio de Ascalona.

De regreso a su patria, su nave naufraga en las costas vénetas. El rey Ricardo y sus hombres son capturados por las tropas del duque de Austria, cómplice de Juan sin Tierra, hermano de Ricardo y usurpador del trono. Es la aventura a la que está ligada la figura legendaria de Robin Hood.

Serapio, rehén en espera del rescate, se convierte en amigo del príncipe Leopoldo, con quien participará en otras dos cruzadas, en una sociedad que durará casi veinte años. Hasta cuando entra en contacto, en 1222, en España, con san Pedro Nolasco, fundador de los Mercedarios, momento en el que decide entrar en su Orden.

Los mercedarios, monjes-caballeros, conquistadores de los Baleares, rescatan a los esclavos cristianos que han sido prisioneros de los musulmanes. Un papel que Serapio cumple con coraje y firmeza, hasta que durante un viaje a Inglaterra su nave es asaltada por corsarios, quienes lo abandonan medio muerto en una playa.

Curado milagrosamente y vuelto a Londres, Serapio se enfrenta con la política anticlerical del soberano, siendo exiliado a Escocia y, luego, a Irlanda.

En 1240 vuelve a Argelia como mercedario. Sin dinero para los rescates se ofrece como esclavo, en espera de la llegada de la suma requerida.

Mientras se detiene en África y se ocupa en convertir a sus carceleros es arrestado y asesinado: es amarrado a una cruz de san Andrés y decapitado.

Hoy también se recuerda a los santos Jacundo y Esteban de Cuneo.

Departamento de Pastoral de Radio Cáritas Universidad Católica