MIÉRCOLES DE LA SEMANA 28° DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO

Evangelio según San Lucas 10, 1-9

“¡Que descienda la paz sobre esta casa!

El Señor designó a otros setenta y dos, además de los doce, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. Y les dijo: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: ‘¡Que descienda la paz sobre esta casa!’. Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; sanen a sus enfermos y digan a la gente: ‘El Reino de Dios está cerca de ustedes’”. Palabra del Señor.

Meditación

     La vocación es para todos. Nadie queda excluido de la llamada de Dios, desde que hemos sido creados por amor y para amar, en libertad y verdad.

El Papa Benedicto XVI comentaba este pasaje. “En el campo de Dios hay trabajo para todos. Pero Cristo no se limita a enviar:  da también a los misioneros reglas de comportamiento claras y precisas. Ante todo, los envía “de dos en dos” para que se ayuden mutuamente y den testimonio de amor fraterno. Les advierte que serán “como corderos en medio de lobos”, es decir, deberán ser pacíficos a pesar de todo y llevar en todas las situaciones un mensaje de paz; no llevarán consigo ni alforja ni dinero, para vivir de lo que la Providencia les proporcione; curarán a los enfermos, como signo de la misericordia de Dios; se irán de donde sean rechazados, limitándose a poner en guardia sobre la responsabilidad de rechazar el reino de Dios”. Por tanto, ayuda mutua, testimonio, misericordiosos y pacíficos, responsabilidad por el Reino, son valores permanentes de la misión y actitud auténtica de los cristianos.

San Agustín decía que la mies “no hay que buscarla ciertamente entre los gentiles, donde nada se había sembrado. No queda otra alternativa que entenderla de la mies que había en el pueblo judío”.

¡Tus santos, Señor, proclaman la gloria de tu reinado!

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,

que te bendiga en tus fieles.

Que proclamen la gloria de tu reinado,

que hablen de tus hazañas.

Gentileza, Arzobispado de Asunción