Hoy, recordamos a San Carlos Lwanga de Uganda y sus 21 compañeros mártires, cristianos que fueron torturados y ejecutados por órdenes del rey Mwanga, sacrificó su vida por negarse a participar en los impuros rituales impuestos por el rey.

 

Los mártires eran miembros de la «Sociedad de los Misioneros de África» y tenían la misión de evangelizar a las naciones africanas. La primera parada fue en la región de Uganda, en un primer momento, la respuesta del rey fue favorable. Sin embargo, el clima cambió drásticamente cuando Mutesa I (el rey) se percató de que serían un obstáculo para el comercio de esclavos.

 

Todo se volvió oscuro, cuando ordenó la persecución a cristianos, por no compartir los impuros rituales que él practicaba. Carlos Lwanga asumió el liderazgo de la comunidad.

 

El 3 de junio de 1886, el rey Mwanga ordenó quemar vivos a doce misioneros católicos y veinte anglicanos. A pesar de la promesa de libertad, si renegaban de su fe, todos prefirieron morir antes que traicionar sus creencias. Otro grupo de diez misioneros católicos también fue brutalmente ejecutado.

 

San Carlos Lwanga, y los 21 mártires fueron beatificados en 1920 por el Papa Benedicto XV y canonizados en 1964 por el Papa Pablo VI.