Por Cielo Medina 

Katia Laterra, presidenta del Grupo de Padres de Estudiantes Postulantes a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Asunción, denunció que a casi 300 jóvenes no se les permitió rendir el verdadero examen de admisión, ni realizar el cursillo.

Explicó que, para ingresar a la Facultad de Medicina, deben realizar el cursillo oficial, el cual tiene 500 cupos. Cada año se rinde el preexamen de ingreso en junio, que es el “Curso Propedéutico de Admisión a Medicina” (CEPAM), para tener derecho a hacer el cursillo. Dijo que al CEPAM se presentan entre 700 y 800 jóvenes, y de ellos quedan 500 para el cursillo oficial.

Finalmente, los que ingresan al cursillo oficial rinden luego el examen de ingreso en noviembre o diciembre y así poder ingresar propiamente a la carrera, donde hay 150 cupos para estudiar Medicina en la Universidad Nacional.

En años anteriores, si los alumnos no alcanzaban el 60 %, no bajaban la escala. El año pasado sí se bajó al 40 % e ingresaron 512 al cursillo oficial, lo que significa que tienen derecho a estudiar el cursillo oficial de la facultad, donde rinden el examen de ingreso a finales de año.

Ahora lo que pasó es que cambiaron ese reglamento, y solo podrán ingresar al cursillo oficial los alumnos que alcancen el 60 %. Si esto no cubre la plaza de los 500, no se bajará el porcentaje y se llevará adelante el cursillo con los que hayan logrado ese 60 %.

“De igual manera, inscribimos a nuestros chicos porque hay un plazo. Llega el momento y sale la lista, se inscribieron 712 chicos y lograron el 60 % 271 chicos en Asunción”. “Después se quejan de que no hay suficientes médicos”, lamento.

Solo 271 van a hacer el cursillo oficial y no bajarían la escala. Hay demasiadas cuestiones que afectan a quienes estudiaron un año después de terminar el colegio, y qué pasa con los que hicieron el 59 % o 55 %. “No estamos diciendo que entren al cursillo aquellos que estudiaron dos meses antes, pero si llegaste por lo menos al 50%, ¿quién dice que no ingreses a fin de año?”.

Ante esta situación, piden a la Cámara de Senadores que solicite un informe. Necesitamos que nos expliquen por qué el presupuesto estaba para que 500 jóvenes realicen el cursillo y después solo quedan 271 chicos. ¿Qué se va a hacer con ese presupuesto si no van a dar lugar a los 500 chicos?

“Hay 300 familias afectadas porque estudiar Medicina en la UNA no es un proyecto personal, es un proyecto familiar”. Esto afecta la salud mental y emocional de los chicos, porque luego dicen: “¿En qué país vivo? Porque si quiero rendir el final, me sacan ahora, habiendo hecho el 59%”.

Katia Laterra