En su análisis de lo que deja el 2023 para la oposición, el senador Eduardo Nakayama señaló que comenzaron arrastrando las heridas de las internas del año anterior y que el 1 de abril fue “una bomba atómica” que los desarticuló por completo. Sin embargo, manifestó que en materia legislativa pudieron aglutinarse y conseguir victorias de cara a la opinión pública.
El político liberal recordó que los opositores, en especial los liberales, estaban fragmentados por las internas del 2022, en las que él había denunciado fraude electoral. “La candidatura de Efraín Alegre, si bien había obtenido una aparente diferencia importante de votos, no era acompañada por todos los sectores”, manifestó.
Luego de las elecciones generales del 1 de abril, a las que calificó como “una bomba atómica”, quedaron desarticulados, buscando un culpable, con acusaciones mutuas y sin poder llegar a un consenso. Explicó que al inicio del periodo legislativo se notó la clara ventaja del Partido Colorado para copar no solo ambas cámaras del Congreso, sino también los organismos extra poder.
“La oposición en el Senado no tuvo otra que aglutinarse en un grupo pequeño al principio, pero que se ha ido fortaleciendo en el transcurso de las sesiones y hemos obtenido unas victorias importantes”, destacó. Manifestó que, en materia discursiva y de opinión pública, han conseguido captar una atención significativa y han logrado conseguir 23 votos en algunos casos.
Recordó que en casos como la Superintendencia de Jubilaciones y Jardines de Remansito la voz de oposición fue conteste y uniforme con la postura del ciudadano de a pie. “Pienso que el balance tiene que ser positivo”, señaló y destacó como uno de los puntos más altos del año que la “oposición ha pasado por un proceso de filtro en el cual hemos podido notar quiénes están en la oposición, quiénes están a veces y quiénes definitivamente no van a estar”.