Monseñor Miguel Ángel Cabello, Obispo de la Diócesis de Villarrica del Espíritu Santo, tuvo la oportunidad de compartir con el entonces Cardenal Robert Prevost durante el Sínodo de los Obispos en 2023. Bastó una larga charla sobre las realidades de la Iglesia en Paraguay y Perú, para quedar impresionado por su personalidad y espiritualidad, lo que le llevó a pensar que el próximo Papa debía ser agustino.
Al comenzar el cónclave, confesó: “Yo pensé en él, en el fondo quería que fuera él”, pues aseguraba que la Iglesia necesitaba un enfoque comunitario y fraterno, propio de la espiritualidad de San Agustín. “Este es el tiempo en que no será un jesuita, ni un franciscano, tampoco un diocesano. Será un agustino. Necesitamos a alguien así, que con una espiritualidad agustiniana pueda aportar también a la Iglesia Universal”, aseguró Mons. Cabello, antes de conocerse la elección del Colegio Cardenalicio.
Algo que une a ambos obispos es la devoción a San Agustín de Hipona, tanto así que al momento de asumir como obispo de Villarrica, el Mons. Cabello también lo citó a San Agustín, “con ustedes soy cristiano, para ustedes soy obispo”.
Cuando uno asume un rol, es importante que “tenga muy presente esa doctrina cristiana. Conocemos, pero muchas veces cuando se asume un cargo se olvida de que es un cristiano más y Dios lo ha elegido para hacer un ministerio, un servicio”.
En su momento, el Cardenal Prevost se desempeñaba como Prefecto del Dicasterio para los Obispos, un papel importante en el nombramiento de obispos en todo el mundo y, en particular, en Paraguay, donde estas designaciones han aumentado en los últimos años. El Mons. Cabello aseguró que el Papa León XIV conoce la realidad de la Iglesia en el país y en América Latina, sus debilidades y virtudes, y comprende que “debemos seguir nombrando obispos para fortalecer la evangelización”.