El Papa Francisco volvió a abrazar a Roman Oleksiv, un niño ucraniano de 10 años que sobrevivió a un ataque ruso en 2022 y que aún lleva las cicatrices de las quemaduras en su cuerpo. Este emotivo encuentro ocurrió durante una cumbre sobre los derechos de los menores en el Vaticano, donde el pequeño obsequió unos dibujos de su autoría al Pontífice.
Roman, quien ha pasado por más de 30 cirugías desde aquel ataque donde perdió a su madre en la ciudad de Vinnystsia, llegó esta vez con el rostro descubierto y las manos libres de guantes.
El primer abrazo entre el Pontífice y el niño ocurrió en diciembre de 2023, cuando Roman aún vestía un traje protector debido a sus heridas. Desde entonces, el vínculo entre ambos se ha convertido en un símbolo de resiliencia. El Santo Padre reconoció en la historia del niño un ejemplo de esperanza.