Cada 22 de agosto la Iglesia Católica celebra la memoria de “Santa María, Reina de los cielos y la tierra”.

Fue el Venerable Papa Pío XII quien instituyó en 1954 un día dedicado a celebrar a María como reina de todo lo creado.

En la encíclica Ad Caeli Reginam (A la Reina del Cielo, n. 15), sobre la dignidad y realeza de María, Pío XII señalaba lo siguiente: “Cristo, el nuevo Adán, es nuestro Rey no sólo por ser Hijo de Dios, sino también por ser nuestro Redentor”. “Así, según una cierta analogía, puede igualmente afirmarse que la Beatísima Virgen es Reina, no sólo por ser Madre de Dios, sino también por haber sido asociada cual nueva Eva al nuevo Adán”.

En 1997, el querido Papa San Juan Pablo II, con motivo de esta celebración, destacaba: “La devoción popular invoca a María como Reina. El Concilio, después de recordar la asunción de la Virgen ‘en cuerpo y alma a la gloria del cielo’, explica que fue ‘elevada (…) por el Señor como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los señores (cf. Ap 19, 16) y vencedor del pecado y de la muerte’ (Lumen gentium, 59)”.

Por su parte, el Papa Benedicto XVI en el día de María Reina del año 2012 indicó: “[María] es Reina precisamente amándonos y ayudándonos en todas nuestras necesidades, es nuestra hermana y sierva humilde».

En el año 2021, el Papa Francisco, a través de su cuenta de X (entonces Twitter), expresó: “¡Con Dios nada se pierde! En María se alcanza la meta y tenemos ante nuestros ojos la razón por la que caminamos: no para conquistar las cosas de aquí abajo, que se desvanecen, sino la patria allá arriba, que es para siempre”.

Fuente: ACI Prensa