San Leonardo de Noblac, Abad (Siglos V-VI)

Leonardo de Noblac es uno de los santos más populares de Europa central, al punto de haberles sido dedicadas unas 600 iglesias, entre ellas la de Inchenhofen, Baviera, que, en el Medioevo se convirtió en la cuarta meta de peregrinación en el mundo, después de Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela.

Nacido a finales del siglo V, en el seno de una familia noble, tenía lazos de parentesco o de amistad con el rey Clodoveo, el gran jefe de los francos, desde muy joven decide hacerse discípulo de san Remigio, obispo de Reims, antes de emprender la carrera militar, a la que parecía destinado por su linaje.

Leonardo será considerado patrono de las parturientas, a causa de un episodio ocurrido cerca de Limoges. Miembro del cortejo real, acompaña con sus oraciones el parto de la reina, que corre el riesgo de morir junto con su hijo, salvándoles, así, la vida.

El rey Clodoveo, agradecido, decide donarle el bosque entero, donde ocurrió el milagro, pero el santo acepta solamente una parte, en la que funda un monasterio –hoy sede del Santuario de san Leonardo de Noblac-, que guarda sus reliquias.

El nombre de este abad francés está unido indisolublemente al destino de los galeotes (esclavos). Esto porque, al recibir del rey el poder de liberar a los detenidos, Leonardo acude a todos los lugares en los que estos se encuentran.

Además, muchos prisioneros que vieron romper sus cadenas, por la sola invocación, buscan refugio en su monasterio, donde se les ofrece trabajo en el bosque, antes que seguir robando para sostenerse.

Leonardo muere en el 559, cerca de Limoges.

Además de las parturientas y de los detenidos, es considerado patrono de los agricultores y de los vendedores de frutas. Es invocado, también, contra los ladrones, el granizo y la obesidad.

Hoy también se recuerda al beato Contardo Ferrini.

 

Departamento de Pastoral de Radio Cáritas Universidad Católica