“Esta es una de las herramientas dentro de la libertad probatoria que puede utilizarse para las investigaciones”, explicó el Abg. Ricardo Merlo. Están: la autopsia física, sobre el cuerpo de la persona que murió; la autopsia histórica, cuando el hecho sucedió hace muchos años y la autopsia psicológica, que busca reconstruir la condición psicológica o que pudieron afectar a las personas para tomar alguna decisión, como por ejemplo el suicidio.

Desde el 2009 se viene desarrollando esta técnica científica “que cuenta con un protocolo y el personal del ministerio público ha sido preparado para realizarlo”. Se recolectan declaraciones, verificaciones en la zona, “para descartar que haya sido inducido o por condiciones que ya no supo soportar”. Esto ayuda a dilucidar los casos.

En muchos países como México, Brasil, Perú o Chile ya se están aplicando, mencionó el exfiscal. En nuestro país tenemos un tipo penal que sanciona la “inducción al suicidio” y para este tipo de investigaciones es necesario aplicar esta ciencia. Y gracias a esto obtener la convicción del fiscal para acusar y abrir un proceso, incluso para presentarse ante un tribunal.