El Santo Padre viajará, como ha anunciado, a Dubái, del 1 al 3 de diciembre de 2023, con motivo de la próxima Conferencia de los Estados Parte a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP-28).

El “grito” del Papa en la COP28

El «grito» de Francisco para que el mundo se comprometa a responder a la crisis climática, es decir, el grito lanzado en Laudato si’ y luego cristalizado en Laudate Deum, resonará en diciembre en Dubái. En el emirato futurista, ciudad de opulencia y arquitectura ultramoderna, uno de los mayores exportadores de energía fósil, pero, al mismo tiempo, un gran inversionista en energías renovables, tendrá lugar la COP28, el evento más importante del año organizado por la ONU en el que los líderes mundiales deberán hacer balance de los avances y retrasos en lo que el Papa, tomando prestado de San Francisco, define como «el cuidado de nuestra casa común».

La participación del Pontífice

La «Conferencia de las Partes» abrirá sus puertas del próximo 30 de noviembre al 12 de diciembre y en esta vigésima octava edición contará por primera vez con la participación física de un Pontífice, el Papa Francisco, en su segundo viaje a los Emiratos Árabes Unidos, tras el viaje a Abu Dhabi de febrero de 2019 con motivo de la firma de la histórica Declaración sobre la Fraternidad Humana.

El anuncio de Francisco

El próximo viaje internacional, el 45º del pontificado y el sexto de 2023, que fue confirmado hoy por el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, ya había sido anunciado por el mismo Papa en la reciente entrevista que concedió al noticiero italiano Tg1: “Sí, iré a Dubái. Creo que iré del 1 de diciembre al 3 de diciembre. Me quedaré allí tres días», dijo el Pontífice, recordando que la Conferencia número 21 de 2015 celebrada en París dio impulso a la redacción de la encíclica social Laudato si’.

“Recuerdo que cuando fui a Estrasburgo, al Parlamento Europeo, el Presidente Hollande envió a recibirme a la Ministra de Medio Ambiente, Ségolène Royal, y ella me preguntó: ‘¿Usted está preparando algo sobre el medio ambiente? Lo haga antes de la reunión de París. Llamé a algunos científicos aquí, que se apresuraron, y salió Laudato si’ y salió antes de París. Y el encuentro en París fue el más bonito de todos. Después de París todos retrocedieron y se necesita valentía para avanzar en esto”.

Expectativas y esperanzas

Ahora, a la luz de la Laudate Deum publicada el pasado 4 de octubre, día de la memoria litúrgica del Santo de Asís, del que tomó su nombre y su misión, Francisco quiere estar físicamente presente en este importante encuentro internacional que, además, es agobiado por las recientes tensiones en Europa y Oriente Medio.

El Papa dedicó un capítulo entero de la exhortación apostólica al evento de Dubái: «¿Qué esperamos de la COP28 en Dubái?» es el título, y condensa las expectativas y esperanzas del Obispo de Roma, que mira la realidad de Dubái donde, afirma, «las empresas de petróleo y gas aspiran a nuevos proyectos para ampliar aún más la producción». “Decir que no se debe esperar nada sería contraproducente, porque significaría exponer a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, a los peores impactos del cambio climático”, escribe el Papa.

Punto de quiebre

“Si tenemos fe en la capacidad de los seres humanos de trascender sus pequeños intereses y pensar en grande, no podemos dejar de soñar que la COP28 conducirá a una aceleración decisiva de la transición energética, con compromisos efectivos que puedan ser monitoreados permanentemente”, se lee en la exhortación papal. “Esta Conferencia puede ser un punto de inflexión, demostrando que todo lo que se ha hecho desde 1992 fue serio y adecuado, de lo contrario será una gran decepción y pondrá en riesgo todo lo bueno que se ha logrado hasta ahora”.

Fuente: Vatican News