El caso del asesinato de la niña, de la comunidad nivaclé, de 13 años en Mcal. Estigarribia, destapa un flagelo que hace tiempo ocurre. Se denuncia y gravemente se termina normalizando en la zona del Chaco: la explotación sexual y prostitución de niñas y mujeres indígenas. La representante de la Articulación de Mujeres Indígenas, Tina Alvarenga, habla de una red de trata de personas.

La antropóloga revela que, desde 2018, que incrementan los casos de fallecimiento en circunstancias extrañas de niñas indígenas, lo que revela una ausencia total del Estado en sí y un abandono de las instituciones encargadas de proteger a los menores.

“No sabemos a quién recurrir, la reacción no es inmediata y se queda en el olvido”, denunció Alvarenga.

Sobre el manejo y la postura adoptada por dichas instituciones, Tina manifestó que “no pueden aducir desconocimiento, o que es una práctica cultural o un derecho consuetudinario. Toda práctica cultural que atenta contra los derechos humanos debe ser erradicada”, sentenció y agregó que “o se hacen de los ñembotavy, se lavan las manos, porque la Constitución es muy clara ante esto, dice que todos somos iguales ante la ley”.