Bajo el lema: “Protegiendo a los niños, construimos el Reino aquí y ahora” se celebra en Bogotá (Colombia) el primer Encuentro Latinoamericano y del Caribe que reunirá a responsables del Programa Centralidad de la Niñez del 25 al 27 de septiembre.

“El evento busca generar un espacio para el intercambio de experiencias entre los diferentes responsables del programa con miras a la generación de acciones destinadas a la prevención de las diferentes expresiones de violencia que atentan contra el bienestar de niños, niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe” informa ADN Celam en su sitio web, donde también explica que se trata de un evento que girará entorno a tres “C”: Coordinación, Cooperación y Comunión.

Coordinación, para optimizar al máximo las fuerzas que se articulan, porque comparten el mismo objetivo y son conscientes de la importancia de aprovechar los recursos existentes. 

Cooperación para trabajar unidos en la misma dirección creando proyectos comunes que puedan implementarse desde el contexto nacional o regional. 

Comunión para impulsar una participación activa y de calidad que incida en la construcción de políticas de infancia en los diferentes países, haciendo énfasis en el protagonismo que deben tener los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derecho.

La aspiración del Programa Centralidad de la Niñez es que en 2030 se haya hecho una contribución decidida al desarrollo integral, la participación e incidencia en ámbitos socio-eclesiales en América Latina y el Caribe, consolidando una red inter – confesional que cuente con la participación activa de instituciones que actúen en forma constante e intencionada para promover la vida plena y el desarrollo integral de los menores de edad del continente. Además, dentro de las iniciativas que impulsa el Programa Centralidad de la Niñez está “la creación de protocolos de prevención y protección”, “el programa para formar los denominados multiplicadores de ternura y buen trato”, “la creación de la escuela de liderazgo” y la tradicional caminata «Huellas de ternura».

Fuente: Vatican News