San José de Cupertino: Presbítero (1603 – 1663)

José de Cupertino, el “santo de los vuelos”, nace en 1603, en el seno de una familia de campesinos pobres, en la región de Apula, Italia.

Intenta en vano dos veces hacerse religioso y, finalmente, en 1628, es fraile y sacerdote conventual. Es acogido y aceptado por los Menores de Grotella, cerca de Cupertino. Sin embargo, José intentaba estudiar, pero no comprendía nada. Entonces, reza y, milagrosamente, supera los exámenes.

Fray José, como sacerdote, demuestra muy buen sentido y una fina inteligencia, práctica, pero, en especial, un amor particular por los pobres. Amable y ejemplar, particularmente, sabio al dar consejos, es buscado dentro y fuera de su Orden.

Quizá hubiera vivido sin dar noticias de él, si en un momento no se hubieran verificado en él particulares fenómenos. Se narra que un día, en la iglesia, frente a mucha gente, comenzó a levitar: “está en éxtasis y se eleva por los aires”. Desde aquel momento, sus “vuelos”, cuando menos se lo esperaba, se multiplican, incluso en público. Ayuna, se mortifica, hasta penitencia. La gente, cada vez más numerosas, llega a pedir consejo y milagros.

Sus profundos dones espirituales, éxtasis, curaciones milagrosas y levitaciones aumentan su fama, provocando la intervención de los superiores y, naturalmente, del Santo Oficio, porque se piensa que las exhibiciones del fraile son para engañar a los fieles. Es sometido a continuos interrogatorios y procesado por el tribunal de la Inquisición de Nápoles, pero no recibe condena alguna. Sin embargo, es trasladado de un convento a otro: a Asís, a donde van muchos a recibir consejos y a escuchar al hombre de Dios, gran escrutador de conciencias. Para desaconsejar este destino, interviene el Papa en persona, quien comenta: “En Asís, un san Francisco es más que suficiente”. Así, José de Cupertino fue transferido a Ósimo, en las Marcas, donde permaneció hasta el 18 de septiembre de 1663, día en el que “Fray asno”, como le gustaba llamarse, muere.

Patrono de la aeronaútica civil y militar, de los astronautas y de los aviadores. Es invocado por los estudiantes y por los examinadores.

Hoy también se recuerda a San Eustorgio.

Oficina de Pastoral de Radio Cáritas Universidad Católica