Promover la seguridad global, la estabilidad y el desarrollo sostenible a través del empoderamiento económico de las mujeres: esto es lo que ha pedido Monseñor Janusz Urbańczyk, Observador Permanente de la Santa Sede ante la OSCE.

Isabella Piro – Ciudad del Vaticano

«El deseo de proteger y promover la igualdad real de toda persona humana y el reconocimiento de la complementariedad de la mujer y el hombre siguen siendo prioridades importantes de la Santa Sede»: así comenzó, esta mañana, monseñor Janusz Urbańczyk, Observador Permanente de la Santa Sede ante la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, con sede en Viena), interviniendo vía Zoom en la primera reunión preparatoria del 29º Foro Económico y Medioambiental del organismo. En particular, el prelado llamó a «considerar importante la cuestión del empoderamiento económico» de las mujeres, porque «la persistencia de muchas formas de discriminación que ofenden la dignidad y la vocación de las mujeres en el ámbito del trabajo se debe a una larga serie de condiciones que las penalizan», desvirtuando sus prerrogativas y relegándolas «a los márgenes de la sociedad e incluso reducidas a la esclavitud».

Valorar a las mujeres refuerza la paz y la seguridad social

En la estela de las afirmaciones de San Juan Pablo II, el Observador Permanente insistió en la «urgente necesidad de lograr una igualdad real en todos los ámbitos: igual salario por igual trabajo, protección de las madres trabajadoras, equidad en la promoción profesional, igualdad de los cónyuges en cuanto a los derechos de la familia y el reconocimiento de todo lo que forma parte de los derechos y deberes de los ciudadanos en un estado democrático». Al mismo tiempo, monseñor Urbańczyk señaló que aumentar el empoderamiento económico y político de las mujeres y promover su participación en la vida pública «contribuye ciertamente a aumentar la paz y la seguridad tanto en la sociedad en general como en la familia, célula social fundamental».

Los riesgos de la pandemia de Covid-19

A continuación, el prelado subrayó cómo, desgraciadamente, la actual pandemia de Covid-19 haya «confirmado que la participación de las mujeres en el mercado laboral sigue siendo frágil»: de hecho, a menudo son «las primeras en perder su empleo, especialmente en los trabajos poco remunerados o en el sector informal, donde representan la mayoría y carecen de tutela financiera y beneficios». Además, la carga de la educación en el hogar «ha aumentado la presión sobre el género femenino», independientemente de si tienen un empleo remunerado o no.

Es necesaria la complementariedad entre hombres y mujeres

Por ello, el representante del Vaticano pidió «la colaboración complementaria de hombres y mujeres» para construir un futuro mejor. La valorización del género femenino y su fortalecimiento «en todos los ámbitos de la vida y del trabajo», concluyó monseñor Urbańczyk, potenciará de hecho la seguridad, la estabilidad y el desarrollo sostenible para todos.