El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y sus rivales apuraban este viernes los últimos momentos de la campaña electoral, inmersos en una especie de competición por representar a la «verdadera» derecha y en medio de una intensa campaña de vacunación.

Las del martes 23 de marzo serán las cuartas elecciones legislativas en menos de dos años, y quizá las más extrañas que se han celebrado en Israel.
Gracias a una ambiciosa campaña de vacunación, que permitió que casi el 50% de la población (alrededor de dos tercios del electorado) haya recibido ya las dos dosis de la vacuna, el país empezó a desconfinarse, pero los candidatos no pudieron organizar mítines electorales a causa de las medidas sanitarias.
El Parlamento israelí© AFP
Los líderes políticos hicieron campaña en actos por videoconferencia, en redes sociales y en las radios locales y limitaron el acceso de la prensa en los pocos eventos realizados con los electores.
En un último impulso antes del día D, el jefe de la oposición, Yair Lapid, tuvo un encuentro el viernes con simpatizantes en Hod Hasharon (centro). Los candidatos de extrema derecha Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir, por su parte, visitaron el mercado Mahan Yehuda de Jerusalén.
“¿Suficiente?”
Netanyahu, antes de reunirse con simpatizantes en Raanana, al norte de Tel Aviv, ayudó a una oenegé a preparar paquetes de alimentos para personas desfavorecidas de cara a la pascua judía, que empieza a finales de la semana próxima.
“¡Para la Pésaj [la pascua judía] estaremos todos vacunados!”, prometió en un video publicado en Facebook, en el que aparece llenando cajas.
Israel: más de dos años de crisis política© AFP Gal ROMA
Tras las últimas elecciones, Benjamin Netanyahu intentó, en vano, formar gobiernos de derecha estables, prometiendo que anexionaría zonas de Cisjordania, ocupada por Israel desde 1967, un desafío clave para gran parte de los votantes de la derecha.
Pero esta vez, “Pfizer le ha quitado el lugar a la anexión”, declaró a la AFP la analista política israelí Dahlia Scheindlin, subrayando el énfasis que puso el primer ministro en la amplia campaña de vacunación anticovid iniciada en diciembre gracias a un acuerdo con el gigante farmacéutico estadounidense.

El presidente de la formación de la oposición israelí Yesh Atid, Yair Lapid, hace camapaña en Hod Hasharon, en el centro de Israel, el 19 de marzo de 2021© AFP JACK GUEZ
Netanyahu, que lleva 12 años en el poder de forma ininterrumpida, está acusado por la justicia de corrupción y de malversación en una serie de casos, lo que alimenta el descontento de la población e, incluso, de parte de su partido.
“La vacuna le ayuda pero ¿será suficiente?”, planteó Gideon Rahat, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Hebrea de Jerusalén. “Claramente, la vacuna continúa siendo su baza electoral, habla de las vacunas todos los días, quiere que la gente hable de ello. Para él, se trata de ‘vacunas, vacunas, vacunas’, hasta el punto que podríamos pensar que ha sido él quien ha vacunado a la población”, comentó Rahat a la AFP.
Guerra en la derecha
En las últimas tres campañas electorales, Benjamin Netanyahu, de 71 años, se enfrentó principalmente al mismo contrincante: el exjefe del ejército Benny Gantz, un político de centro-derecha.
Pero después de tres duelos sin un claro ganador, ambos decidieron formar un gobierno de unión la pasada primavera (boreal), que solo duró algunos meses. Al final, la estrella política de Benny Gantz se acabó apagando.
Ahora, Netanyahu pretende erigirse como el único candidato de la “verdadera derecha”, tal y como recalcó el jueves por la noche, para vencer a sus principales rivales: Yair Lapid, el jefe de la oposición de centro; Gideon Saar, exmilitante del Likud que formó su partido “Nueva esperanza” (conservador), y el barón de la derecha radical Naftali Bennett.
El presidente del partido Yesh Atid (oposición), Yair Lapid, en un acto de campaña en Hod Hasharon, en el centro de Israel, el 19 de marzo de 2021© AFP JACK GUEZ
“Netanyahu es verdaderamente bueno para llevar a cabo campañas negativas contra un candidato, pero tener ante él a varios candidatos hace que las cosas sean mucho más difíciles”, agregó Rahat.
En la actualidad, ni los partidos pro-Netanyahu (Likud y las formaciones religiosas) ni los partidos anti-Netanyahu (izquierda, centro y parte de la derecha) lograrían suficientes apoyos como para formar un ejecutivo, lo que da a Naftali Bennett (que todavía no se ha manifestado a favor de nadie) una importancia clave a la hora de formar un futuro gobierno.