El presidente de Túnez, Kais Saied, suspendió este domingo la actividad parlamentaria y destituyó al primer ministro, Hichem Mechichi, con lo que se atribuyó plenos poderes ejecutivos, en medio de una jornada de protestas contra las autoridades del país. Saied anunció estas medidas tras una reunión de urgencia en el palacio presidencial de Cartago, en un momento en que Túnez se confronta a una fuerte ola del covid-19 y una profunda crisis política que paraliza el país desde hace meses.
La noticia fue recibida con bocinazos de los coches en la capital Túnez, después de las protestas del domingo en numerosas localidades, en las que se pidió la “disolución del Parlamento”.
“Ese es el presidente que nos gusta”, exclamó Nahla, una mujer de unos 30 años envuelta en la bandera de Túnez en medio de una multitud que recorría las calles de la capital para celebrar la decisión del gobernante.
Con su hija cargada en su espalda, Nahla celebró que “estas son decisiones valientes, Saied desbloqueó a Túnez”.
“La Constitución no me permite disolver el Parlamento, pero sí suspender su actividad”, dijo Saied, quien tomó su decisión con base en el artículo 80 de la carta magna, que permite adoptar este tipo de medidas ante un “peligro inminente”.
“He tomado las decisiones que la situación exige para salvar a Túnez, el Estado y el pueblo tunecino”, expresó el gobernante tras reunirse con los responsables de las fuerzas de seguridad.
“Nos encontramos en momentos muy delicados en la historia de Túnez”, agregó.
Saied anunció que se hará cargo del Poder Ejecutivo con “la ayuda del gobierno” y que designará a un nuevo primer ministro.
Además, levantó la inmunidad parlamentaria de los diputados.
La medida fue condenada por el partido gobernante Ennahdha, de orientación islamista, y lo calificó como “un golpe de Estado contra la revolución”.
“Lo que Kais Saied está haciendo es un golpe de Estado contra la revolución y contra la constitución, y los miembros de Ennahdha y el pueblo de Túnez defenderán la revolución”, indicó el partido en un comunicado difundido en su página de Facebook.
Explosión de júbilo
Pese a la molestia del partido, la decisión del gobernante fue recibida con una explosión de bocinazos y fuegos artificiales, con cientos de personas congregadas en la avenida Bourguiba, principal arteria de la capital, así como en varios barrios de la ciudad y otras ciudades del país.
“¡Finalmente llegaron las buenas decisiones! Por fin se deshicieron de los principales males de Túnez: el Parlamento y Mechichi”, exclamó un hombre identificado como Maher en el noroeste de la capital.
Las celebraciones se dieron horas después de que miles de tunecinos protestaron el domingo contra la clase política, especialmente contra Ennahdha, partido mayoritario en el Parlamento pero confrontado con el presidente.
“Cambiemos de régimen” o “El pueblo quiere la disolución del Parlamento”, fueron algunas de las principales proclamas en las protestas, en las que abundaron las críticas al primer ministro Mechichi.
La opinión pública tunecina se muestra exasperada por los conflictos entre partidos en el Parlamento y por el pulso entre el jefe legislativo, Rached Ghannouchi, líder de Ennahdha, y el presidente Saied, que ha paralizado los poderes públicos.
La población reclama también la falta de respuesta del gobierno a la crisis sanitaria, que ha dejado a Túnez sin abastecimiento de oxígeno.
Con cerca de 18.000 muertos en el país de 12 millones de habitantes, Túnez presenta una de las peores tasas de mortalidad por covid-19 en el mundo.
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