Exempresario enriquecido con la tecnología, convertido en ministro de Defensa y líder de la derecha radical de su país, Naftali Bennett podría convertirse en el nuevo «hombre clave» tras las elecciones legislativas israelíes.

Calvo y alto, Naftali Bennett lidera la formación Yamina, que brega tanto por el ultraliberalismo económico, como por la línea dura contra Irán y la anexión de casi dos tercios de la Cisjordania ocupada, lo que brinda a su partido de derecha radical mucha popularidad entre los colonos judíos.
A menos de una semana de las elecciones nacionales, las cuartas en menos de dos años a causa de la incapacidad de los partidos para formar y/o mantener una coalición gubernamental, todas las miradas están puestas en Naftali Bennett, líder del único partido importante que aún no se ha posicionado.
En un país polarizado entre los pro y los anti-Benjamin Netanyahu, primer ministro desde 2009, Bennett cultiva el misterio: ¿se unirá a una coalición para echarlo finalmente del poder o salvará al “rey” Netanyahu?
Las apuestas están abiertas, pero como cada sector podría necesitar sus votos para gobernar al país, de acuerdo con los últimos sondeos, Naftali Bennett continúa siendo una figura clave en esta consulta, quitándole actualmente este rol al nacionalista laico Avigdor Lieberman, con un eventual apoyo a Netanyahu.
Hijo de inmigrantes estadounidenses, nacido el 25 de marzo de 1972 en Haifa (norte), Bennett se impuso a comienzos de la década de 2000 como uno de los niños mimados de la “start-up nation” gracias a su empresa de ciberseguridad Cyotta, vendida por 145 millones de dólares (casi 122 millones de euros) en 2005, antes de dar el salto hacia la política en el Likud de Netanyahu al año siguiente.
Comentarios enérgicos
Afiche de campaña de Bennet, el 15 de marzo de 2021© AFP AHMAD GHARABLI
El partido estaba entonces en la oposición. Dos años más tarde, Bennett abandonó al Likud para dirigir durante un tiempo al Consejo de Yesha, principal grupo de defensa de centenares de miles de colonos israelíes en la Cisjordania ocupada, que se convertirán en su fondo de comercio político.

En 2012, sorprendió a toda la escena política israelí al tomar el control de la formación de extrema derecha “Hogar Judío”, que sedujo a una parte de los colonos con comentarios enérgicos.
¿Ejemplo? El conflicto con los palestinos no ha podido solucionarse sino que hay que soportarlo como un “disparo de obús en el trasero”. U otra: no hay ocupación israelí en Cisjordania puesto que “nunca existió un Estado palestino”. E incluso: los “terroristas deben ser muertos, no liberados”, lanzado contra prisioneros palestinos…
“Hogar Judío” se une a otros micropartidos y forman “Yamina” (derecha), grupo conocido por su musa, Ayelet Shaked, pero desde entonces liderado por Naftali Bennett, quien participó en coaliciones dirigidas por Benjamin Netanyahu antes de dejarlo.
Este ex experto en ciberseguridad, instalado en la próspera ciudad de Ranana (centro de Israel), fue ministro de Defensa (2018-2019), prometiéndole a Irán hacer un “Vietnam” si la República islámica continuaba estableciéndose militarmente en la vecina Siria.
Bennett comparte afinidades ideológicas con Netanyahu, quien no obstante multiplica los ataques en su contra en la recta final de la campaña electoral.
Tras las elecciones, Naftali Bennett podría verse obligado a tomar una decisión difícil: salvar a Netanyahu, quien comparte sus convicciones, o poner fin a su reinado, el más largo en la historia política de Israel, uniéndose a una coalición opositora.
Salvo que forcejee con unos y otros a tal punto de asumir él mismo al “trono”.