Dijo Jesús: Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

El que cree en él no es condenado, el que no cree ya está condenado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios. En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas. En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios.

  •  Palabra del Señor
  • Gloria a ti Señor Jesús.

REFLEXION – P. Víctor Luis Cabañas (sdb)

¿Será verdad que Dios “no dice nada”? ¿Será verdad que su Palabra ha perdido crédito y ya no sirve para iluminar y dar esperanza? Esto es lo que solemos decir, pero no acabo de estar convencido, porque no es fácil describir la lucha interna que se da en el interior de cada uno de nosotros. A veces, tras la increencia verbal, se agazapa una profunda y agónica inquietud religiosa. En otras ocasiones, tras la apariencia de religiosidad, sólo hay costumbre y rutina.

ORACION

«El que obra la verdad se acerca a la luz».