Más de 200 migrantes del África subsahariana saltaron este jueves la valla fronteriza entre Marruecos y Melilla y consiguieron entrar en el enclave español, en una de las llegadas más numerosas de los últimos años, indicaron las autoridades españolas. Esta entrada se produce poco más de dos meses después de que una inédita ola migratoria llegara a Ceuta, el otro enclave español en el norte de Marruecos. La ciudad autónoma se vio sorprendida por la entrada repentina de más de 10.000 migrantes -en su mayoría jóvenes y adolescentes marroquíes-, provocando una importante crisis diplomática en Madrid y Rabat.
En total, más de 300 personas intentaron escalar este jueves la valla que delimita la frontera entre Marruecos y Melilla, sirviéndose de “garfios”, poco antes de las 05H00 GMT, según detalló en un comunicado la delegación del gobierno español en Melilla.
Pese a la importante presencia policial, 238 hombres lograron entrar en el enclave. Tres policías resultaron levemente heridos y los migrantes fueron trasladados a un centro de acogida para que guarden cuarentena ante la situación sanitaria, precisó la nota.
Ceuta y Melilla, las únicas fronteras terrestres de la Unión Europea con África, están sometidas desde hace años a una fuerte presión migratoria.
Los intentos de saltar estas vallas de varios metros de alto, que en algunas ocasiones se saldan con muertes, son bastante frecuentes, pero esta última entrada de 200 personas es una de las más importantes de los últimos años en Melilla.
El 12 de julio, 119 migrantes subsaharianos consiguieron saltar la valla. En octubre de 2018, un migrante falleció y 19 resultaron heridos al intentar pasar junto a otras 200 personas.
Tras la ola inédita de mayo en Ceuta
A mitad de mayo, más de 10.000 personas, en su mayoría jóvenes marroquíes, entraron a pie y a nado en los enclaves españoles en África de Ceuta y Melilla.
Brahim Ghali habla durante un acto por el 45 aniversario de la creación de la república saharaui, el 27 de febrero de 2021 en un campo de refugiados a las afueras de Tinduf, ciudad al suroeste de Argelia© AFP/Archivos Ryad Kramdi
Esta excepcional ola migratoria se produjo en un contexto de crisis diplomática mayor entre Madrid y Rabat, provocada por el ingreso en un hospital español para tratarse de las complicaciones del covid-19 de uno de los líderes del Frente Polisario saharaui, Brahim Ghali, enemigo acérrimo de Marruecos.
La tensión diplomática se disparó entonces entre ambos países, con Madrid acusando a Marurecos de “agresión” y “chantaje”.
Ghali dejó España en junio rumbo a Argelia, apoyo del Polisario, pero las tensiones continúan.
En Melilla, la frontera con Marruecos la delimita una triple valla de aproximadamente 12 km de largo. Como la de Ceuta, está equipada con cámaras de video y torres de vigilancia y algunos de sus tramos fueron sustituidos por materiales más lisos para dificultar la escalada de migrantes.
Ambos territorios fueron conquistados por los Reyes Católicos como puestos de avanzada tras la expulsión de moros y judíos de España en 1492. Madrid ejerce soberanía sobre Melilla desde 1496 y sobre Ceuta desde 1580.
Situada a 150 km de Argelia, la ciudad de Melilla (12,5 km2) acogía a finales de 2020 una población cosmopolita de más de 87.000 habitantes, la mitad de ellos musulmanes.