A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡No se inquieten
ni teman! Me han oído decir: “Me voy y volveré a ustedes”. Si me amaran, se
alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean. Ya no hablaré mucho más con ustedes, porque está por llegar el Príncipe de este mundo: él nada puede hacer contra mí, pero es necesario que el mundo sepa que yo amo al Padre y obro como él me ha ordenado.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
La paz es, seguramente, una de las mayores demandas de nuestro tiempo: todos pedimos la paz del mundo, la paz interior, la paz en las familias… Jesús quiere darnos la paz. Abramos nuestro corazón para atesorarla.