El opositor cubano Manuel Cuesta Morúa fue liberado en La Habana tras más de 10 horas de detención durante las cuales recibió amenazas y advertencias contra la organización de una protesta convocada para el próximo 20 de noviembre en varias ciudades de la isla, según explicó este jueves. “El motivo principal (del arresto) es el 20N (la protesta convocada) y la participación del Consejo junto a Archipiélago en su organización”, dijo Cuesta a la AFP.
La pasada semana, el dramaturgo Yunior García, líder del grupo de Facebook Archipiélago, y Cuesta publicaron en las redes sociales una carta dirigida al gobierno provincial de La Habana solicitando permiso para realizar una manifestación antigubernamental de 5.000 participantes el 20 de noviembre.
Cuesta es vicepresidente del Consejo para la Transición Democrática, una plataforma opositora creada el 11 de junio pasado y presidida por el preso político José Daniel Ferrer, quien en 2003 integró el grupo de los 75.
Varios disidentes sumaron sus firmas a la iniciativa de marchar el próximo 20 de noviembre, cinco días después de que Cuba abra sus fronteras al turismo internacional, y textos similares fueron entregados a los gobiernos de las provincias de Holguín, Guantánamo y Cienfuegos, y al de la central ciudad de Santa Clara.
Cuesta Morúa destacó que la detención fue “cinco minutos de retórica sexagenaria y de amenazas, también sexagenarias, 8hs en una celda como castigo y 100 pesos de multa por violar un supuesto dispositivo policial que tenía en mi casa desde el martes”.
García y Cuesta Morúa fueron detenidos el 11 de julio pasado durante las inéditas y masivas protestas que estremecieron más de 50 ciudades del país, con un saldo de un muerto, decenas de heridos y cientos de detenidos.
En las últimas semanas, los también opositores Guillermo Fariñas, premio Sajarov del Parlamento Europeo en 2010, y Berta Soler, líder del movimiento Damas de Blanco, que obtuvo ese galardón en 2005, también sufrieron cortas detenciones.
El gobierno cubano no reconoce legalmente a la oposición y considera que sus activistas son “mercenarios” de Estados Unidos.