Desde hace un mes, un tribunal finlandés ubicado en Liberia para juzgar al exrebelde Gibril Massaquoi escucha los relatos de varios testigos sobre los peores momentos de la guerra civil de hace unos 20 años, incluyendo ejecuciones sumarias o ritos de sacrificio.
Gibril Massaquoi, un sierraleonés de 51 años y antaño apodado “el Ángel Gabriel”, comparecía por una serie de asesinatos, violaciones y actos de tortura perpetrados en Liberia por él o por sus soldados entre 1999 y 2003.
Su proceso empezó a principios de febrero en Finlandia, donde vive desde 2008 y donde fue detenido en marzo de 2020 a raíz de la movilización de una oenegé. Tras ello, la corte se trasladó a Liberia, donde hasta ahora ningún tribunal había juzgado los crímenes cometidos durante las guerras civiles de 1989-1996 y 1999-2003.
Estas guerras, entre las más terribles ocurridas en África, estuvieron marcadas por abusos de todo tipo. Causaron 250.000 muertos y dejaron devastado a uno de los países más pobres del planeta.
En primer lugar, el tribunal se desplazó a los pueblos más castigados, en los confines de Sierra Leona y de Liberia. Desde finales de febrero, celebra audiencias en un lugar secreto de Monrovia y reclama que la identidad de los alrededor de 50 testigos que participan en el proceso también se mantenga en el anonimato, por su seguridad. Unos cuantos periodistas siguen el juicio en una pantalla, situada en otra sala.
Por su parte, Massaquoi lo puede seguir por internet desde la prisión de Tampere (sur de Finlandia) en la que se encuentra, pero no interviene, al contrario que sus abogados, según informó un corresponsal de la AFP que asistió a varias audiencias.
Beber sangre
El 9 de marzo, un hombre de 34 años habló sobre su arresto, en Monrovia, cuando unos individuos del Frente Revolucionario Unido (RUF), del que Gibril Massaquoi era uno de los responsables, lo detuvieron. Ese grupo armado de Sierra Leona estaba dirigido por el cabo Foday Sankoh, próximo al exjefe de guerra liberio convertido en presidente Charles Taylor.
Foday Sankoh, próximo al exjefe de guerra liberio convertido en presidente Charles Taylor, el 5 de mayo de 2000 en Freetown, Sierra Leone© AFP/Archivos Issouf Sanogo
“Massaquoi llegó y los hombres lo alabaron: ‘¡Ángel!’. Agarró a la persona que estaba sentada a mi lado, colocó su cuello en un plato… Yo estaba horrorizado, cerré los ojos. Le rajaron el cuello”, contó el testigo, que afirmó que el jefe rebelde se bebió la sangre de la víctima y luego la esparció sobre un altar, como una ofrenda.
Según el fiscal finlandés, Tom Laitinen, las audiencias proseguirán durante unas tres semanas y después el Tribunal visitará Sierra Leona, antes de volver a Finlandia. El veredicto se espera para septiembre.
Gibril Massaquoi negó toda implicación durante la apertura del juicio, en Finlandia, a través de sus abogados. Asegura que en aquella época estaba en otro lado, inmerso en unas negociaciones de paz.
Massaquoi, un exprofesor, fue autorizado a instalarse en Finlandia tras haber comparecido en 2003 ante el Tribunal Especial para Sierra Leona (TSSL), puesto en marcha por la ONU. Se le concedió la inmunidad por los actos cometidos en su país pero no en Liberia.
Contradicciones
Otro testigo, de 63 años, contó a los jueces cómo unos rebeldes, siguiendo órdenes de Massaquoi, capturaron a hombres de su pueblo, en el norte.
“Intentaron matar a unos cuantos pero su arma se encalló porque Dios quiso perdonarles la vida”, dijo. Pensaron que una suerte de magia protegía a los lugareños de las balas así que “quemaron a cerca de 120 personas en una casa”, añadió.
Una camioneta con jóvenes soldados leales al expresidente de Liberia, Charles Taylor, el 29 de junio de 2003 en Monrovia© AFP/Archivos Georges Gobet
La defensa de Gibril Massaquoi cuestionó la validez de las acusaciones subrayando las imprecisiones de los testigos.
Por ejemplo, durante la investigación, un hombre afirmó que había visto seis cuerpos de víctimas, aunque luego dijo durante la audiencia que se trataba de algo que le habían contado.
“¿Acaso en Liberia es algo corriente que, cuando alguien te cuenta que ha visto algo, eso significa que tú también lo has visto?”, declaró ante la corte uno de los abogados de Massaquoi.