Antes de iniciar la visita de cortesía al Presidente de la República de Chipre, el Papa se detuvo ante la estatua del que fuera arzobispo de la Iglesia Ortodoxa de la isla desde 1950 y también primer Presidente del país. Makarios ocupó los dos cargos hasta su muerte, el 3 de agosto de 1977. Siempre trató de fomentar la integración entre las comunidades griega y turca, afrontando, entre otras cosas, los difíciles años del terrorismo.
Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano
Se le considera una de las personalidades más importantes de la historia contemporánea de Chipre. Monje, luego obispo y primado de la Iglesia Ortodoxa de la isla, fue, en el siglo pasado, el líder del movimiento político por la unión con Grecia y el primer presidente de la República de Chipre. Trabajó por la integración de las comunidades griega y turca y con él Chipre fue admitido en la ONU. Makarios III quiso ser el presidente de todos y afirmó que todos los ciudadanos tienen los mismos derechos, sin distinción étnica o religiosa.
En su país sigue siendo una figura controvertida. Su presidencia fue testigo de la injerencia griega y turca, así como de los enfrentamientos y la violencia entre las dos comunidades de la isla, y de la intervención de las fuerzas de paz de la ONU. Siempre prefirió la negociación y trató de resolver los contrastes entre las dos almas de la isla reconciliando sus diferencias.
Arzobispo y político
Makarios III, cuyo nombre de pila era Michaíl Christodulu Mùskos, nació en Panayia, en el distrito de Pafo, el 13 de agosto de 1913. Ingresó en el monasterio de Kykkos a los 13 años y continuó sus estudios en Nicosia, donde fue ordenado diácono el 7 de agosto de 1938, eligiendo el nombre de Makarios. Ese mismo año comenzó sus estudios universitarios de teología y derecho en la Universidad de Atenas, donde se graduó en 1942. Ordenado sacerdote en 1946, estudió sociología y religión en Boston.
En 1948 fue elegido obispo de Kítion (Citio en español), y dos años más tarde arzobispo de Chipre -por tanto, jefe de la Iglesia Ortodoxa en la isla-, tomando el nombre de Makarios III. En aquella época la isla era una colonia británica, con una población del 82% de griegos y el 18% de turcos. Al igual que muchas figuras públicas de la comunidad greco-chipriota, fue un activo partidario de la unión (Enōsis) de Chipre con Grecia y fue elegido para liderar el movimiento de 400.000 chipriotas de ascendencia griega que querían unirse a su patria. Makarios abrazó con entusiasmo su doble papel de arzobispo y etnarca y se convirtió en una figura popular entre los greco-chipriotas. A la Enōsis se oponían los turcos, que querían un Chipre dividido, y los británicos, que eran partidarios de la creación de un Estado autónomo dentro de la Commonwealth, en parte para mantener sus bases militares en la isla.