Dos antiguos líderes de las milicias de República Centroafricana, entre ellos un exalto cargo del fútbol africano, rechazaron el martes todos los cargos que se les imputan en la apertura de su juicio en la Corte Penal Internacional (CPI), que les acusa de crímenes de guerra y contra la humanidad.
Patrice-Edouard Ngaïssona, exministro de Deportes centroafricano, y Alfred Yekatom, apodado “Rambo”, serán juzgados por presuntos crímenes cometidos en la República Centroafricana durante la guerra civil entre 2013 y 2014.
Ngaïssona y Yekatom, detenidos respectivamente por la CPI desde enero de 2019 y noviembre de 2018, están acusados de delitos como “asesinato, violación, tortura, traslado forzoso de población, persecución y otros actos inhumanos”.
“No me reconozco en los cargos que se me imputan, no soy culpable”, dijo Patrice-Edouard Ngaïssona, de 53 años, ante el tribunal de La Haya.
Alfred Yekatom, de 46 años, dio una respuesta similar, diciendo que “estas acusaciones son incorrectas”.
El tribunal con sede en La Haya había determinado en diciembre de 2019 que había pruebas suficientes para abrir un juicio contra los dos antiguos líderes de las llamadas milicias antibalaka, cuyos causas se unieron.
El juicio se abre en medio de enfrentamientos persistentes en la República Centroafricana, donde seis de los 14 grupos armados que controlan dos tercios del país lanzaron a mediados de diciembre una ofensiva contra el régimen del presidente Faustin Archange Touadéra.
Un soldado de la misión multidimensional Iintegrada de estabilización de las Naciones Unidas en la República Centroafricana, en la carretera que une Bangui con Damara, el 23 de enero de 2021© AFP/Archivos Florent Vergnes
La República Centroafricana está sumida en una larga guerra civil desde que una coalición rebelde en la que predominan los musulmanes (Seleka) derrocó al presidente François Bozizé en 2013, lo que provocó la creación de grupos armados cristianos conocidos como milicias antibalaka, y que afirmaron tomar las armas para poner fin a los atropellos de los grupos armados musulmanes.
“Este es un día importante para la justicia”, dijo el fiscal Kweku Vanderpuye al tribunal. “Las pruebas de este caso establecerán la responsabilidad penal de Ngaissona y Yekatom más allá de toda duda razonable”, añadió.
“Una etapa importante”
Según la CPI, Ngaïssona, de 53 años, era el “principal dirigente” de los antibalaka. Fue detenido en Francia en diciembre de 2018 antes de ser trasladado a La Haya.
Presidía la federación centroafricana de fútbol y era miembro del comité ejecutivo de la Confederación Africana de Fútbol (CAF). En 2019 la FIFA le prohibió “cualquier actividad relacionada con el fútbol” durante más de seis años.
Yekatom, un diputado de 46 años y primer sospechoso en ser entregado a la CPI, sigue siendo miembro del parlamento centroafricano, donde le sustituye un suplente. Según el tribunal, “habría dirigido un grupo de unos 3.000” combatientes antibalaka.
La apertura del juicio “es una etapa importante para la justicia de las víctimas de crímenes brutales cometidos en el último conflicto en la República Centroafricana”, declaró en un comunicado Elise Keppler, subdirectora de la sección de justicia internacional de la oenegé Human Rights Watch.
Durante una vista de confirmación de los cargos en septiembre de 2019, un fiscal de la CPI acusó a los dos hombres de haber estado implicados en una “campaña de violencia y terror” contra civiles en la República Centroafricana.
Por los cargos que desempeñaban –uno como ministro y el otro como jefe de grupos armados– ambos sabían que las milicias bajo su control “destruían mezquitas, diezmaban comunidades, deportaban musulmanes, cometían asesinatos y violaban a mujeres y niños”, insiste la fiscalía.
A finales de enero las autoridades de Bangui entregaron a la CPI otro sospechoso centroafricano, Mahamat Said Abdel Kani, un presunto jefe de la Seleka acusado de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.