Los dirigentes judíos esperan que la visita esta semana del papa Francisco en Eslovaquia sirva para mejorar las relaciones entre católicos y judíos en un país en que planea el recuerdo de la colaboración con los nazis en el Holocausto. Bajo las órdenes de un régimen títere nazi en una Eslovaquia dirigida por el sacerdote católico Jozef Tiso, decenas de miles de judíos eslovacos fueron deportados y asesinados durante la Segunda Guerra Mundial.
Hoy en día, la comunidad judía apenas cuenta con 2.000 personas.
El papa Francisco se reunirá el lunes con algunos miembros de esta comunidad, entre ellos algunos supervivientes del Holocausto, en la plaza Rybne, en un barrio tradicionalmente judío de Bratislava donde antes había la sinagoga.
“Al principio pensábamos que Su Santidad solo se reuniría con las más altas autoridades judías en un despacho”, indicó Richard Duda, presidente de la unión de comunidades judías de Eslovaquia.
“Nos sorprendimos positivamente cuando el Vaticano anunció que el papa Francisco acudiría a la plaza Rybne, un lugar muy simbólico y emotivo para nuestra comunidad”, declaró a la AFP.
Según él, el enclave es símbolo de la convivencia pacífica entre catolicismo y judaísmo. Durante siglos, esa plaza acogió la catedral San Martín y una sinagoga, demolida por el gobierno comunista en 1969 para hacer un puente.
Desde 1996, un memorial en la plaza conmemora a las 105.000 víctimas eslovacas del Holocausto. Después de la guerra, apenas 300 supervivientes se quedaron en el país.
El monumento al Holocausto situado frente a la catedral de San Martín en el centro del casco antiguo de Bratislava, Eslovaquia, el 9 de septiembre de 2021© AFP/Archivos Vladimir Simicek
“Nuestra prioridad era dar la oportunidad a los supervivientes del Holocausto de ver al papa Francisco. Creo que será un momento simbólico y fuerte para ellos, porque estas personas han sufrido toda la vida”, dijo Duda.
“Esperamos que el papa ponga un nuevo ladrillo en la construcción del diálogo judío-católico para hacerlo más intenso”, añadió.
El antisemitismo en Eslovaquia sigue siendo elevado.
Un estudio publicado el año anterior por Globsec, un centro de reflexión del país, desveló que un 51% de los eslovacos consideran que “los judíos tienen demasiado poder y controlan secretamente gobiernos e instituciones de todo el mundo”.
Era el porcentaje más elevado de los diez países estudiados en Europa Central y del Este.
Disculpas oficiales
Los judíos eslovacos han sido perseguidos durante gran parte del siglo XX.
El régimen satélite de Jozef Tiso, la primera república eslovaca creada en 1939, aprobó varias leyes antisemitas que allanaron el camino a la deportación de decenas de miles de personas a los campos de exterminio nazis.
Después de la guerra, la mayoría de supervivientes emigraron o escondieron su identidad judía. Con el comunismo posterior, sus fieles fueron encarcelados por presuntos crímenes sionistas y tuvieron prohibido practicar su religión.
Un peatón pasa junto a un trabajador que repara un sendero hacia el Memorial del Holocausto en el centro del casco antiguo de Bratislava el 7 de septiembre de 2021© AFP/Archivos Vladimir Simicek
La Revolución de Terciopelo de 1989, que terminó pacíficamente con el poder comunista en la antigua Checoslovaquia, supuso un avance para los judíos al introducir la libertad de culto.
Pero no fue hasta el jueves que Eslovaquia pidió disculpas oficiales por la sombría época de Tiso.
“El gobierno eslovaco siente el deber moral de expresar públicamente su lamento por los crímenes cometidos por el poder de esa época”, afirma la declaración oficial.
Esto “es realmente una buena noticia y una etapa positiva”, dijo a la AFP Ivica Bumova, historiadora de la universidad Comenius de Bratislava.
“Cada disculpa es un paso adelante en la condena de los actos antijudíos de nuestra historia. A lo mejor debería haber llegado antes, pero lo importante es que se formuló”, añadió.