Figura en auge de la derecha española, la presidenta regional de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, busca afianzar su poder en este bastión conservador del Partido Popular (PP), desde donde se ha erigido en némesis del gobierno de izquierdas de Pedro Sánchez. Apenas dos años después de llegar como una gran desconocida a la presidencia de la región más rica de España, Díaz Ayuso vuelve este martes a las urnas como una de las dirigentes más conocidas del país, odiada por unos y venerada por otros.
Licenciada en Periodismo, esta mujer de 42 años llevaba apenas medio año en el poder cuando la región de 6,7 millones de habitantes se convirtió en epicentro de la primera ola de la pandemia en España.
Arrojada con poca experiencia en medio de una crisis histórica, Díaz Ayuso emergió rápidamente como una política de estilo agresivo con sus rivales, colocándose sistemáticamente en las antípodas de la gestión de Sánchez.
Para sorpresa de muchos, en marzo rompió su coalición con el partido centrista Ciudadanos y convocó elecciones anticipadas con la esperanza de capitalizar las simpatías ganadas por su oposición a las restricciones recomendadas por el gobierno central.
Aunque Madrid tiene la cifra acumulada más alta de contagios y decesos del país, Díaz Ayuso mantuvo abiertos bares y restaurantes, convirtiéndose en heroína para los restauradores que bautizaron en su honor pizzas y cervezas.
Con el ‘todo abierto’ por bandera, acuñó un insólito regionalismo madrileño presentando la región como “capital de la libertad”: “Esta forma de vivir a la madrileña es única”, dijo en marzo al convocar las elecciones anticipadas.
Isabel Díaz Ayuso habla durante el mitin de cierre de campaña del PP para las elecciones regionales, el 2 de mayo de 2021 en Madrid© AFP Javier Soriano
En campaña, no dudó en presentar las bondades de esta “vida a la madrileña”: desde tomar una cerveza al salir de trabajar a poder ir a misa y a los toros, o incluso “cambiar de empresa o de pareja y no volver a encontrártela nunca más”.
“Esto también es libertad”, dijo en una entrevista de campaña que se hizo rápidamente viral en las redes.
Una apuesta exitosa
Y aunque la oposición atribuya la alta mortalidad por el virus en Madrid a esta política laxa y a la escasa inversión en servicios públicos tras años de liberalismo y bajos impuestos en esta región, la apuesta parece funcionarle a Díaz Ayuso.
Según las encuestas, el Partido Popular podría duplicar sus escaños en el Parlamento regional y, aunque no alcanzaría la mayoría absoluta, podría gobernar si consigue el apoyo de la extrema derecha de Vox.
Fotogénica, con una media melena ondulada de color castaño, esta mujer se ha convertido en una especie de ídolo pop de la facción más conservadora del Partido Popular, con un estilo a menudo cizañero y controvertido.
Isabel Díaz Ayuso saluda al término del mitin de cierre de campaña del PP para las elecciones regionales, el 2 de mayo de 2021 en Madrid© AFP Javier Soriano
Así, no dudó en calificar de “chabolas” las precarias residencias de una barriada al sur de Madrid que estuvo meses sin luz, o en arremeter contra los planes del gobierno de Sánchez para exhumar los restos del dictador Francisco Franco de un mausoleo en las auferas de Madrid.
“¿Qué será lo siguiente? ¿Quemar iglesias como en 1936?”, dijo refiriéndose a la guerra civil española de 1936-1939.
Aunque controvertida, ha ganado una gran exposición mediática, indica Pablo Simón, analista y profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Carlos III de Madrid.
“Mucha gente ya la califica como la verdadera jefa de la oposición”, indica.
Tuitera canina
Un ascenso fulgurante para quien años atrás gestionaba la cuenta en Twitter de “Pecas”, el perro de la entonces presidenta regional madrileña del PP, Esperanza Aguirre (2003-2012).
Isabel Díaz Ayuso, acompañada en el escenario por Pablo Casado, saluda al término del mitin de cierre de campaña del PP para las elecciones regionales, el 2 de mayo de 2021 en Madrid© AFP Javier Soriano
“Incontrolable, liberal, seductor”, rezaba el perfil canino antaño administrado por Díaz Ayuso.
Nacida en Madrid en octubre de 1978, colaboró varios años como periodista deportiva y trabajó en Irlanda y Ecuador antes de unirse a las juventudes del PP madrileño lideradas entonces por Pablo Casado, actual presidente de la formación.
Fue él quien la designó como candidata a la presidencia regional en las elecciones de mayo de 2019. Aunque perdió frente a los socialistas, consiguió mantener el bastión conservador con una coalición de signo conservador.
Dos años después, su popularidad incluso empieza a hacer sombra a su líder, aunque su estilo “es divisivo” y no gusta al ala más moderada del partido, advierte Simón.
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