Politica Imagen de archivo del presidente de Haití, Jovenel Moise, durante una comparecencia ante la prensa 7 de enero de 2020 en Puerto Príncipe© AFP/Archivos CHANDAN KHANNA
Haití volvió el martes a dejar clara su intención de celebrar un referéndum constitucional en junio a pesar de las críticas internacionales de que el proceso no es lo suficientemente «inclusivo, participativo o transparente». “Un referéndum es un acto de soberanía. Esencialmente concierne a los haitianos: son ellos quienes deciden si quieren o no un referéndum para cambiar la Constitución”, dijo el primer ministro haitiano, Claude Joseph.
El presidente, Jovenel Moise, gobierna por decreto después de que las elecciones legislativas previstas para 2018 se retrasaran y en medio de disputas sobre cuándo termina su mandato.
Además de las elecciones presidenciales, legislativas y locales de septiembre, Moise quiere presentar un nuevo borrador de la Constitución de la nación isleña que sería sometido a votación popular el 27 de junio.
El Core Group (compuesto por representantes de las Naciones Unidas, la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos, así como las embajadas de Alemania, Brasil, Canadá, Francia, Estados Unidos y España) expresó la semana pasada su preocupación de que “este proceso en esta etapa no es suficientemente inclusivo, participativo o transparente”.
El gobierno de Haití insistió el martes en que no tiene la intención de abandonar esta consulta popular, aunque permanece abierto al diálogo.
“Algunas de las preocupaciones expresadas por nuestros amigos internacionales están bien fundadas y son legítimas”, dijo Joseph durante su primera conferencia de prensa desde que fuera nombrado primer ministro el 14 de abril.
“Un referéndum debe ser un proceso inclusivo, por eso el presidente ha iniciado un proceso de diálogo”.
Sexto primer ministro en cuatro años, Moise enfrenta un fuerte descontento de algunos sectores de la sociedad que exigen su renuncia, en parte, por la incapacidad del gobierno para frenar la creciente criminalidad.
Los secuestros para pedir rescate se han disparado en los últimos meses, lo que refleja la influencia cada vez mayor de las bandas armadas en el país.