A pocos días de que se conozca al campeón de Europa de balonmano una cosa está clara: la liga francesa vive una edad de oro con dos equipos, el París SG y el HBC Nantes, entre los cuatro mejores del mundo, una circunstancia que empuja a cada vez más jugadores españoles a buscar El Dorado en el país vecino. Considerada durante 16 años seguidos entre las tres mejores ligas de balonmano de Europa, la liga Asobal española cayó en 2019 a la quinta posición del ranking que elabora la Federación Europea de este deporte.
Un reflejo del bajo nivel competitivo de la liga Asobal, donde un equipo, la sección del Barcelona de balonmano, ganó las 11 últimas ediciones y no perdió un partido en 5 años (de 2013 a 2018).
“Hubo una época en que jugabas contra campeones de Europa”, recuerda Valero Rivera, el que fue durante 20 años entrenador del Barça (1983-2003) y seleccionador del equipo español entre 2008 y 2013. Portland San Antonio, Balonmano Ciudad Real, Teka Santander… Equipos que, junto al Barça, se convertirían a partir de los 90 en los reyes de Europa.
“Con el Barça, cuando jugábamos fuera, los pabellones se llenaban. Era un día bonito para ese club y además había mucha calidad, podíamos perder, de hecho perdíamos”, recuerda Rivera, actual seleccionador de Catar.
Crisis financiera
Sin embargo, a finales de los 2000, lastrados por la crisis financiera mundial que alejó el dinero de los patrocinadores privados y de las autoridades locales de los pabellones de balonmano, los grandes rivales del Barcelona desaparecieron.
Ludovic Fabregas, del Nantes, y Cyril Dumoulin, del Montpellier, compiten por el balón durante el partido final de la competición Final Four de la EHF Pokal masculina, el 27 de mayo de 2018 en Colonia, Alemania© AFP/Archivos Patrik Stollarz
En paralelo, la liga francesa Starligue fue ganando en atractivo, pasando en 2018 de la cuarta plaza de las ligas europeas a la primera, empujada por los buenos resultados deportivos de una serie de equipos de clase media, como el HBC Nantes y el Montpellier Handball, y la todopoderosa sección de balonmano del París SG.
Como revelan los datos de la propia liga Starligue, con una media de 4 millones de euros de presupuesto en la temporada 2020-2021, los clubes franceses han sabido atraer tanto a las grandes estrellas como a jóvenes jugadores que despuntan en España.
En comparación, el Barcelona en 2019, con 9,9 millones de euros, tiene un presupuesto mayor que sus 17 rivales juntos, según reveló la web de economía deportiva, Palco 23.
“La Asobal ha pasado de ser una de las mejores ligas hace 10, 15 años a ser una liga de exportación. La liga francesa sabe que muchos jugadores quieren salir de España buscando tanto mejores condiciones económicas como mejor formato de liga”, explica el extremo del HBC Nantes, David Balaguer.
A Valero Rivera hijo, que llegó al Nantes francés por primera vez en 2010, se le fueron uniendo otros grandes nombres del balonmano español: internacionales como Balaguer, Eduardo Gurbindo (los dos en Nantes, desde 2015 y 2016, respectivamente), Viran Morros (en el París SG desde 2018), Daniel Sarmiento (en el Saint-Raphaël desde 2016)…
Y la lista es larga: En Francia juegan 6 de los 18 componentes de la selección española de balonmano, medalla de bronce en el Mundial disputado en enero en Egipto.
Quince jugadores españoles
Pero a la hora de atravesar los Pirineos, no solo cuenta el aspecto económico. Para jugadores como David Balaguer el trabajo de los clubes es parte del éxito de esta liga.
El jugador del Nantes David Balaguer durante el partido de semifinales contra el París Saint-Germain, el 26 de mayo de 2018 en Colonia, Alemania© AFP/Archivos Patrik Stollarz
“La estructura del club está muy profesionalizada, tenemos entre 10 y 12 personas trabajando con nómina, un encargado de buscar los patrocinadores, otro encargado de intentar llenar el pabellón, la venta de entradas”, explica Balaguer.
Lo que hace que, como cuenta Rivera, cualquier jugador español de nivel que no esté en el Barça tenga la tentación de irse, ya que: “lo que les da Francia a todos los niveles es muy llamativo, ya no es solo el dinero”. Así en 2021, hay 15 jugadores españoles jugando en 9 de los 16 equipos del torneo francés.
La Starligue gala es también un polo de atracción para los entrenadores españoles: dos de ellos, Alberto Entrerríos en el HBC Nantes y Raúl González con el París SG, buscarán una plaza en la final a cuatro de la Copa de Europa en Colonia que comienza el sábado.
“El jugador español prefiere venir a jugar el campeonato francés, estar cerca de casa, que ir a otros países, por ejemplo de Europa del Este, ya que la adaptación cultural sería un poco más difícil. Las condiciones económicas y técnicas que aporta el balonmano francés son interesantes”, explica Alberto Entrerríos.
“El jugador español tiene una formación táctica que le permite adaptarse a balonmanos diferentes, pero el más cercano es el estilo táctico y técnico francés”, concluye.
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