Autor de atrocidades durante la guerra civil en Liberia, el temido ex «general Butt Naked» se ha convertido en un pastor evangelista que recorre los barrios pobres de Monrovia para sacar de la droga y de la delincuencia a antiguos niños soldados. Joshua Milton Blahyi era un jefe del Movimiento Unido de Liberación de Liberia por la Democracia (ULIMO) favorable al presidente Samuel Doe, cuyo asesinato desató una de las guerras más atroces del continente africano, con 250.000 muertos entre 1989 y 2003.
Más conocido por el apodo de “General Butt Naked” (“trasero desnudo”), sembró el terror a la cabeza de una tropa de jóvenes soldados drogados y desnudos conocidos por su crueldad y su afición por la magia durante la primera guerra civil (1989-1997).
En 2008 confesó ante una Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) el asesinato de miles de personas. Alegó que durante la guerra tenía poderes mágicos porque cuando tenía 11 años fue iniciado en una sociedad secreta tradicional.
“Cada vez que nos apoderábamos de una ciudad, tenía que hacer un sacrificio humano para mantener mi poder. Me traían un niño vivo y yo le quitaba el corazón, que me comía”, explicó ante esta comisión, estimando haber matado personalmente a “por lo menos 20.000” personas.
Desde hace 15 años, el exjefe rebelde, convertido al cristianismo, busca a antiguos niños combatientes -ahora adultos- en los barrios pobres de Monrovia.
‘Reparar ese error’
“En mi opinión estos niños son víctimas, no criminales. Les hicimos tomar las armas y consumir droga. Ahora quiero reparar ese error”, declaró recientemente a la AFP.
Con este objetivo hizo construir un complejo rodeado de altos muros a 25 km al norte de la capital, donde unos 500 antiguos niños soldados han recibido, según él, formación en carpintería, fontanería y pintura.
El ex “general Butt Naked” se ha convertido en un pastor evangelista que recorre los barrios pobres de Monrovia para sacar de la droga y de la delincuencia a antiguos niños soldados© AFP Emmanuel Tobey
“Generalmente les cuento mi propia historia, después les pido que hagan lo mismo ofreciendo su vida a Cristo y alejándose de la droga”, explica el pastor, mientras un joven se encarga de un huerto, cerca de un pequeño gallinero.
El antiguo niño soldado William Wilson, de 38 años, asegura que antes de conocer a Blahyi usaba un machete para conseguir el dinero que necesitaba para consumir drogas. “Elegí la escuela de la Biblia. Hoy soy evangelista, padre de tres hijos y estoy casado con la hija de un pastor”, sonríe.
Otro antiguo niño soldado, Titus Sylvester-Borbor, de 33 años, afirma que el excomandante rebelde le ayudó a abandonar sus adicciones y a seguir la vía universitaria.
“Ahora mis padres están felices, aceptaron que vuelva con ellos”, dijo. Muchos niños fueron rechazados por sus familiares después de su desmovilización.
Presiones para juicios
Las guerras civiles asolaron el país, uno de los más pobres del mundo. Diez años después se vio afectado por la epidemia de Ébola en África Occidental.
En junio un tribunal suizo condenó a un excomandante rebelde a 20 años de cárcel por múltiples atrocidades durante las guerras civiles de Liberia. Es el primer liberiano en ser condenado por crímenes de guerra cometidos en su país.
Desde hace 15 años, el exjefe rebelde, convertido al cristianismo, busca a antiguos niños combatientes -ahora adultos- en los barrios pobres de Monrovia© AFP Emmanuel Tobey
Porque pese a las presiones de la sociedad civil, Liberia no ha celebrado juicios sobre este período marcado por una letanía de abusos cometidos por todas las partes: masacres de civiles, torturas, violaciones o alistamiento de niños soldados.
Algunas personalidades directamente implicadas siguen desempeñando puestos importantes en la política y la economía.
Prince Johnson, una figura de la primera guerra civil, fue elegido en mayo para presidir la comisión de defensa del Senado. Y eso que es uno los señores de la guerra que la Comisión de la verdad y reconciliación quiere que sean juzgados.
El presidente George Weah, en el poder desde 2018, se ha mostrado reacio a crear un tribunal especial. El tema se planteó durante una audiencia de un comité de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
Joshua Milton Blahyi milita por que los antiguos jefes de guerra, incluido él, sean juzgados.
“Destruí a los hijos de tanta gente”, dice. “Si me niego a responder por ello, la misma violencia que comencé me alcanzará a mí y a mis hijos”, añade.
El tiempo