La ansiedad se apoderó el jueves de los habitantes de Kunduz, en el noreste de Afganistán, que se preparan para un largo asedio de los talibanes, cuando los combates entre fuerzas gubernamentales y los insurgentes continúan en las afueras. Los rebeldes rodearon esta capital provincial, de la que se apoderaron ya en 2015 y en 2016, y tomaron el control del principal paso fronterizo con Tayikistán, así como otros pasos y distritos rurales.
“Los talibanes han asediado nuestra ciudad”, constató Qudratullah, un vendedor de frutas que casi no ha trabajado en las dos últimas semanas, desde que los combates estallaron en la provincia de Kunduz.
“Incluso hoy, hay combates esporádicos en la periferia de la ciudad”, agregó este hombre que, como muchos afganos, solo tiene un nombre. “Si el gobierno no lanza una operación contra los talibanes, el cerco continuará mucho tiempo”, apuntó.
La mayoría de los comercios de la ciudad permanecían cerrados el jueves y el transporte público no funcionaba, constató un corresponsal de la AFP.
Decenas de vehículos militares patrullaban las calles de Kunduz, adonde el gobierno envió refuerzos.
Un vendedor ambulante vende verduras en un puesto junto a la carretera en un mercado de Kunduz el 24 de junio de 2021© AFP –
El periodista de la AFP vio a las tropas gubernamentales disparar contra posiciones talibanes y los cuerpos de dos insurgentes asesinados en un barrio del este de la ciudad.
Los habitantes indicaron que hacen frente a una escasez de agua y a cortes de electricidad. Algunos se aventuraban no obstante a salir a las pocas tiendas abiertas para comprar alimentos.
Hasib teme que se hagan con la ciudad. “No nos sentimos seguros (…) Ya hemos visto a los talibanes apoderarse de la ciudad en dos ocasiones y no queremos que caiga de nuevo entre sus manos”, dijo.
“Las fuerzas gubernamentales deben romper el asedio de los talibanes, sino van a continuar su ofensiva (…) y su asedio durará una eternidad”, agregó este habitante.
“Medidas serias”
Los combates causan estragos desde hace varios días en la provincia de Kunduz, donde los insurgentes y las fuerzas gubernamentales se enfrentan cada día.
El director del servicio regional de salud, Ehsanullah Fazli, indicó a la AFP que 21 civiles, entre ellos niños, perdieron la vida en la última semana y que 225 heridos fueron trasladados a los hospitales de la provincia.
(ARCHIVO) En esta foto de archivo del 1 de octubre de 2015, personal militar afgano camina cerca del aeropuerto durante los combates entre militantes talibanes y las fuerzas de seguridad afganas en Kunduz© AFP/Archivos Wakil KOHSAR
La toma el martes del paso fronterizo de Shir Khan Bandar, un eje clave para las relaciones económicas con Asia Central, es uno de los mayores éxitos militares de los rebeldes en los últimos meses.
El jueves, el ministro del Interior, Abdul Satar Mirzakwal, viajó a Kunduz para conocer la situación y lanzar un mensaje tranquilizador.
“Kunduz es importante para nosotros, es una provincia estratégica y salvarla y protegerla es una de nuestras principales prioridades”, declaró en un mensaje de video destinado a la prensa.
“Estamos tomando medidas serias y proporcionaremos más armas y equipos técnicos a las tropas afganas en todas las provincias”, prometió.
Desde principios de mayo, los talibanes lanzaron varias ofensivas en las zonas rurales y afirman haber tomado el control de 87 de los más de 400 distritos.
El gobierno rechaza muchas de sus afirmaciones que, además, son difíciles de verificar de manera independiente.
La violencia aumentó después que Estados Unidos confirmara que sus 2.500 soldados desplegados en Afganistán se retirarán para el 11 de septiembre, cuando se cumple el 20º aniversario de los atentados de 2001.