El gobierno israelí logró un acuerdo para evacuar una colonia construida sin autorización en Cisjordania ocupada, superando así uno de los primeros retos para la heterogénea coalición en el poder, dividida sobre el asunto de la colonización en los Territorios Palestinos. Antes del viernes a las 16H00 (13H00 GMT), medio centenar de familias instaladas desde mayo en la colonia de Eviatar deberán abandonar el lugar, una colina cerca de la ciudad palestina de Naplusa, según indica un documento del gobierno consultado el jueves por la AFP.
Esta evacuación no es sin embargo definitiva: el ejército tomará posesión del lugar, donde las decenas de casas móviles de los colonos no serán destruidas, a la espera de que el ministerio de Defensa revise los derechos de propiedad de las tierras para determinar “lo más rápidamente posible” si pueden ser consideradas como israelíes.
Si tal es el caso se construirán ahí una yeshiva (escuela talmúdica) y “barrios residenciales”, según este texto fechado el miércoles y dirigido al primer ministro Naftali Bennett y al ministro de Defensa, Benny Gantz.
Cisjordania es un territorio palestino que está ocupado por Israel desde 1967. Todas las colonias que se han implantado ahí son consideradas ilegales por el derecho internacional.
Unos 475.000 colonos israelíes viven en Cisjordania ocupada, que alberga además a 2,8 millones de palestinos.
Pero Eviatar es además una colonia “salvaje”, ya que fue construida sin autorización israelí.
El primer ministro israelí, Naftali Bennett, el 1 de julio de 2021 en Jerusalén© POOL/AFP Debbie Hill
La instalación de decenas de israelíes en este sector a principios de mayo, después de que un palestino matara a un joven colono, dio lugar a importantes manifestaciones por parte de los palestinos, pero además dividió a la clase política israelí.
A principios de junio, el ministro de Defensa Benny Gantz ordenó su evacuación pero el exprimer ministro de derecha Benjamin Netanyahu, aún en el poder en ese entonces, congeló esta decisión.
El caso está en manos del nuevo gobierno, dirigido desde el 13 de junio por el jefe de la derecha radical Naftali Bennett, en delicada posición ya que es cercano a los colonos, pero está al frente de un gabinete muy heterogéneo y dividido sobre este asunto.
Llegar a soluciones
La ministra del Interior, Ayelet Shaked, número dos del partido de derecha radical de Bennett, felicitó hace algunos días a los “pioneros de Eviatar”, quienes, al instalarse en una colina de Cisjordania, mostraron su “compromiso” con el sionismo.
Yair Golan, diputado del partido de extrema izquierda Meretz, miembro del gobierno Bennett, había en cambio declarado a la AFP que el gobierno “no debería ceder ante los colonos porque lo que hacen es ilegal”.
Manifestantes palestinos en Beita, cerca de la ciudad ocupada de Nablus, en Cisjordania, el 28 de junio de 2021© AFP/Archivos Jaafar Ashtiyeh
Para Tamar Hermann, del Instituto Democrático de Israel (IDI), un centro de análisis con sede en Jerusalén, el acuerdo sobre la evacuación es “una señal positiva de la capacidad del gobierno de llegar a soluciones”.
“El gobierno está continuamente confrontado a retos, pero no se derrumba, pese a quienes creían que se desmoronaría en una semana” debido a las divisiones ideológicas de un ejecutivo integrado por partidos de izquierda, centro y derecha, y unido por el único deseo de impedir un regreso al poder de Netanyahu, agrega esta experta.
Del lado palestino, sin embargo, hay descontento. “Los enfrentamientos y las manifestaciones continuarán mientras un colono o un soldado permanezca en nuestras tierras”, aseguró este jueves a la AFP Musa Hamayel, vicealcalde de la cercana localidad de Beita.
El acuerdo israelí “se ha hecho entre los colonos y el ejército, y nosotros no tenemos nada que ver con ello” subrayó el vicealcalde palestino.
Cuatro palestinos murieron en un mes en enfrentamientos con el ejército israelí al margen de manifestaciones en Beita.
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