El revés que sufrió la extrema derecha de Marine Le Pen y la mayoría presidencial centrista de Emmanuel Macron el domingo en la primera vuelta de las elecciones regionales francesas parece poner en duda su duelo anunciado para las presidenciales de 2022. Ni un sólo candidato del joven partido presidencial, La República en Marcha (LREM), ni sus aliados centristas, encabezaron los resultados de los comicios en ninguna de las 13 regiones de Francia metropolitana, penalizados por su insuficiente implantación local.
El fracaso de la estrategia presidencial fue rotunda en los Altos de Francia, donde el jefe de Estado había enviado nada menos que a cinco de sus ministros a la batalla.
También fue contundente la derrota del partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés), de Marine Le Pen, que obtuvo resultado muy inferior al que anticipaban los sondeos.
RN ocupó el primer lugar en una sola región en la primera vuelta contra seis en las regionales de 2015.
“Por supuesto que nos interrogamos”, dijo el vicepresidente de RN, Jordan Bardella, a la radio RMC el lunes por la mañana.
“Hay una segunda vuelta y los votantes tendrán otra oportunidad de expresarse”, añadió, diciendo que la elección no estaba terminada.
En cambio, para sorpresa de muchos, la derecha tradicional, se impuso en seis regiones, siendo el partido Los Republicanos (LR) la fuerza dominante a nivel nacional, mientras que la izquierda tradicional, liderada por los socialistas, quedó primera en cinco.
“Como en las elecciones municipales (de 2020), el viejo mundo demuestra que sigue ahí”, estimó el politólogo Bruno Cautrès.
¿Trampolín para la derecha tradicional?
Aunque la participación históricamente baja complica cualquier interpretación de los resultados de estos comicios, la buena posición en la primera vuelta de la derecha y la izquierda tradicional suenan como un desafío al escenario dibujado de antemano de un duelo Macron-Le Pen en la segunda vuelta de las presidenciales de 2022.
El candidato de la extrema derecha francesa Rassemblement National vota en un colegio electoral de la región Provenza-Alpes-Costa Azul en Le Pontet, el 20 de junio de 2021© AFP Sylvain Thomas
Dos figuras de la derecha, Xavier Bertrand y Valérie Pécresse, presidentes salientes de sus respectivas regiones y potenciales retadores del dúo Macron-Le Pen, llevan una clara ventaja en sus respectivos bastiones. Estos resultados pueden servir de trampolín para el próximo año.
“Es una bofetada para Emmanuel Macron y el Ejecutivo”, analiza el politólogo Philippe Moreau-Chevrolet, para quien la estrategia de “destruir a la derecha tradicional para instalar un duelo Macron-le Pen en 2022 es un fracaso”.
Tras su “gira por Francia” para reencontrarse con los franceses tras la pandemia, tiene previsto presentar hacia mediados de julio una reorientación del resto de su mandato de cinco años, para un proyecto que va más allá de 2022, según su círculo cercano.
La tasa de abstención (superior al 60%) – la más alta para unas elecciones desde al menos 1958 – ha sorprendido a los observadores y ha dado lugar a especulaciones sobre las causas.
La falta de campaña pública debido a las restricciones de covid-19 parece haber influido, al igual que el clima cálido y veraniego que hizo que la gente se alejara de las urnas después de meses de encierro.
“Son unas elecciones marcadas por la salida de la pandemia y la indiferencia de los franceses hacia lo que está en juego en estas elecciones, que les resulta difícil de identificar”, declaró a la radio France Inter Brice Teinturier, responsable de la encuestadora Ipsos.
La primera dama francesa, Brigitte Macron (izq), reacciona mientras el presidente Emmanuel Macron (2ºizq) habla con el alcalde de Le Touquet, Daniel Fasquelle (2º dcha), y el diputado de Pas-de-Calais, Robert Therry, cerca de un colegio electoral en Le Touquet, el 20 de junio de 2021© AFP Ludovic Marin
“Para ellos, el verdadero acontecimiento son las elecciones presidenciales y no hay una sensación real de enfado intenso en este momento”, dijo, contrastando el estado de ánimo del país con los últimos comicios regionales de 2015, cuando el país estaba en el punto de mira de ataques terroristas.
Sin embargo, la tendencia al aumento de la abstención es clara desde hace años, incluso en las últimas elecciones parlamentarias y presidenciales de 2017.
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