Las autoridades chinas reforzaron los controles médicos, con chequeos de temperaturas y testeos e inspecciones en aeropuertos, ante la amenaza de un rebrote del coronavirus con la llegada del invierno.

El gigante asiático, donde el virus fue detectado por primera vez un año atrás, ha logrado contener la propagación de la enfermedad y su economía funciona normalmente.

Pekín se mantiene firme en sus controles en momentos en que los casos de covid-19 se disparan en muchas partes del mundo y se ha detectado una nueva variante del virus que, según los expertos, es más contagiosa.

Se han impuesto controles estrictos en diferentes barrios de la capital Pekín, donde fueron detectados casos sospechosos del virus.

Trabajadores vestidos con trajes especiales desinfectan las áreas de embarco y desembarco de pasajeros en aeropuertos y puertos, como parte de una rápida movilización para contener posibles brotes invernales.

En el distrito de Shunyi en Pekín pueden observarse filas de personas afuera de centros de testeo, mientras responsables controlan datos sanitarios almacenados en códigos QR de visitantes en hospitales de la ciudad.

China informó este lunes de apenas 21 nuevos casos, la mayoría provenientes del exterior.

El gigante asiático ha registrado 4.634 muertos y unos 87.000 contagios desde la aparición de la enfermedad en diciembre de 2019.
Fuente: swissinfo.ch