El venezolano Ilich Ramírez Sánchez se convirtió en una figura emblemática de la lucha armada propalestina en Europa con el nombre de guerra de Carlos, pero medio siglo después su aura parece menguar en un mundo que cambió de rumbo. “Estoy orgulloso de mi trayectoria de revolucionario”, dijo este jueves poco antes de que un tribunal lo condenara a cadena perpetua por un atentado en París en 1974, su tercera pena máxima en Francia por acciones de los años 70 y 80.
Nació en Venezuela el 12 de octubre de 1949 en el seno de una familia politizada. Su padre era un abogado “comunista” y su madre era “socialdemócrata” y “católica, pero no fanática”, explicó durante el proceso.
Carlos “El Chacal” condenado a cadena perpetua© AFP Kun TIAN, Jonathan JACOBSEN
Al hijo mayor, que en 1964 se unió a las juventudes comunistas, lo llamaron Ilich y a sus hermanos Lenin y Vladimir, en homenaje al político comunista que lideró una revolución en Rusia que acabó en 1917 con el imperio zarista.
Su destino parecía estar escrito, pero sus padres decidieron que se marchara a Europa “para alejarlo de los movimientos revolucionarios” venezolanos, según el periodista húngaro Laszlo Liszkai, autor de un libro sobre Carlos.
Tras estudiar en Londres, que se sumó a México, Kingston, Bogotá, Miami y Caracas como ciudad de residencia, acabó en 1968 en la universidad Patrice Lumumba de Moscú, donde conoció a sus primeras amistades palestinas.
“Al menos 83” muertos
De su período en la entonces URSS, Carlos recordó en el juicio que “los profesores rusos [le] respetaban muchísimo” —“yo era importante en la universidad”— y que incluso los servicios secretos se interesaron en él.
Tras su expulsión de la universidad dos años después, pasó por un campo de entrenamiento en Jordania y a principios de los 70 se unió al Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) dirigido por George Habache.
“Yo era muy respetado” en Jordania, sin embargo el FPLP consideró que era “más útil en Europa”, agregó el hombre que se vanaglorió de haber matado en su vida “a al menos 83 personas, pero nunca a inocentes”.
Estando en el FPLP adoptaría su nombre de guerra Carlos, a quien el periódico británico The Guardian agregó el apodo “El Chacal”. Su imagen dio la vuelta al mundo por dirigir espectaculares operaciones armadas en Europa.
En Francia ya ha sido condenado por el atentado en 1974 en la galería comercial Drugstore Publicis, por un triple asesinato en 1975 y por cuatro atentados con bomba en 1982 y 1983. En total, 16 muertos y 226 heridos.
En 1975 lideró el comando que dirigió la toma de rehenes de 11 ministros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en Viena (3 muertos) y que, según él, le había encargado el dirigente libio Muamar Gadafi.
Esperado “respeto”
Su vida también le llevó a visitar otros países como Siria o Argelia. Sin embargo, todo se truncó en Sudán en 1994 cuando fue detenido en una operación de agentes de la inteligencia francesa, que él sigue calificando de “secuestro”.
Desde entonces, su vida la pasó entre rejas en Francia, donde vivió los atentados del 11 de septiembre de 2001, la generalización de los celulares y de internet. Diez de sus 27 años en prisión fueron en aislamiento.
Los testigos que comparecieron durante el juicio lo describieron como alguien que se presenta como “un preso político” y que es “contestatario”, “egocéntrico”, “seductor”, “manipulador” y con una fuerte idea de “superioridad”.
Sin embargo, un informe de la prisión en la que cumple condena en Francia apuntó que su “capital de simpatía se reduce con los años” y que “no tiene el respeto que espera” obtener, sobre todo de los más jóvenes.
Ramírez Sánchez, criado como ateo pero convertido al islam en los 70, tiene cuatro hijos, aunque sólo está en contacto con la mayor, y tuvo a lo largo de su vida varias esposas, entre ellas su abogada Isabelle Coutant-Peyre.
Si no recurre la última sentencia, como le recomendó su letrada, Carlos podría esperar cumplir su sueño de finalizar de purgar su pena en su Venezuela natal, pero primero, ya advirtió Coutant-Peyre, Caracas deberá pedirlo a Francia.