Un tribunal de Ankara condenó el miércoles a cadena perpetua a 32 exmilitares por su papel en el golpe de Estado fallido de 2016 contra el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que dio lugar a importantes purgas en las fuerzas armadas.

Los exmilitares condenados forman parte de un grupo de 497 sospechosos que han sido juzgados en relación con este golpe fallido. La mayoría de ellos sirvieron durante su carrera en la guardia presidencial.
Un abogado de la presidencia turca había declarado inicialmente a la AFP tras la vista que 22 exmilitares habían sido condenados a cadena perpetua. Pero la agencia de noticias estatal Anadolu anunció más tarde un total de 32 condenas a cadena perpetua.
Todos ellos fueron declarados culpables de varios cargos, entre ellos intento de derrocar el orden constitucional e intento de asesinato del jefe de Estado turco.
La fiscalía también los acusó de haber ocupado el canal público de televisión TRT y haber obligado a los periodistas a leer una proclama, así como de atacar el cuartel general del Estado Mayor.
Además, otros 106 acusados fueron condenados a penas de entre 6 y 18 años de prisión, según la misma fuente.
En noviembre, 337 personas, entre ellos oficiales y pilotos, fueron condenadas a cadena perpetua al finalizar el juicio principal en relación con este intento de golpe de Estado, llevado a cabo el 15 de julio de 2016.
Entre los condenados se encontraban pilotos que bombardearon varios sitios emblemáticos de la capital, como el Parlamento, y oficiales y civiles que lideraron el golpe desde la base militar de Akinci.
Además, otros 60 acusados habían sido condenados a diversas penas de prisión y 75 absueltos, tras un juicio en el que comparecieron casi 500 acusados.
Purgas
El golpe fallido dejó oficialmente 251 muertos, sin contar los golpistas, y más de 2.000 heridos.

Policías antidisturbios llegan al tribunal de Sincan antes del veredicto del juicio de los 497 acusados por el golpe fallido de 2016, el 7 de abril de 2021 a las afueras de Ankara© AFP Adem Altan
Este acontecimiento, que traumatizó al país, dio lugar a importantes purgas en las Fuerzas Armadas y permitió a Erdogan ampliar su poder.
El gobierno turco acusa al predicador Fethullah Gülen de haber tramado el intento de golpe.
Gülen, un exaliado del presidente turco que reside en Estados Unidos, niega cualquier implicación.
Durante la noche del 15 al 16 de julio de 2016, Ankara fue escenario de acciones particularmente violentas por parte de los golpistas.
Aviones F16 bombardearon la Asamblea Nacional en tres ocasiones, así como a las carreteras alrededor del palacio presidencial y el cuartel general de las fuerzas especiales y de la policía.
Los bombardeos dejaron 68 muertos y más de 200 heridos en la capital. Nueve civiles murieron durante un intento de resistir a los golpistas en la entrada de la base de Akinci.
Desde el fallido golpe de Estado, las autoridades han perseguido sin descanso a los partidarios de Gülen y han desatado purgas a una escala sin precedentes en la historia moderna de Turquía.
Varias decenas de miles de personas han sido detenidas y más de 140.000 despedidas o suspendidas de sus funciones.
Ya se llevaron a cabo no menos de 290 juicios relacionados con el intento de golpe y al menos otros ocho siguen adelante.
Hasta ahora, los tribunales han condenado a casi 4.500 personas, con penas de cadena perpetua para casi 3.000 de ellas, según cifras oficiales.