Santos Cosme y Damián, mártires – Siglo III
Cosme y Damián, médicos de profesión, son gemelos, nacidos en el siglo III, en Arabia. Viajan a Siria para completar sus estudios de medicina y se establecen en Egea, en Cilicia, en la moderna Turquía, para ejercer su profesión.
A su actividad como médicos unen la misión, evangelizando a muchos enfermos. Por esto, durante la persecución de Diocleciano son torturados y luego martirizados. Sus restos fueron llevados a Siria, donde recibieron sepultura en Ciro.
En el siglo V la ciudad edifica en su honor una basílica y, en el siglo VI, el emperador Justiniano construye un grandioso templo, para agradecer a los dos mártires la curación de una enfermedad mortal.
El culto difunde en las principales metrópolis del Imperio y los relatos de milagros, obrados por su intercesión, prevalecen sobre la historia de sus vidas.
Relata Gregorio de Tours que “los dos gemelos médicos se convirtieron en cristianos y, por el solo mérito de sus virtudes y la intervención de sus oraciones, expulsaban los males de los enfermos”.
Cosme y Damián son conocidos como los “santos sin dinero”, por la costumbre de negarse a recibir pago por sus servicios. Pero los santos hermanos hacen, también, el don gratuito de la fe cristiana, que transmiten con el ejemplo.
A lo largo de los siglos, la Iglesia ha prestado gran atención a los que sufren. Este amor ha llevado a la fundación de hospitales y al nacimiento de numerosas órdenes religiosas dedicadas a este objetivo. Se puede decir, en verdad, que los santos Cosme y Damián son el origen de esta tradición.
La rica familia florentina de los Médici los escogió a ambos como patrones, llamando a uno de sus miembros Cosmo o Cósimo.
Se les recuerda entre los principales santos sanadores y, por eso, se les invoca como protectores de los médicos, de los farmaceutas y de los dentistas.
Hoy también se recuerda a san Nilo
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