A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: “No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí. En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, ¿les habría dicho a ustedes que voy a prepararles un lugar? Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes. Ya conocen el camino del lugar adonde voy”. Tomás le dijo: “Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?”. Jesús le respondió: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí”.
Palabra del Señor.
REFLEXION – P. Víctor Luis Cabañas (sdb)
Perder la paz interior nos lleva a vivir los acontecimientos con violencia y de forma esquizofrénica, y se nota cuando entramos en esta espiral pagana, porque vivimos como si no tuviéramos fe. Los cristianos estamos llamados a resolver las situaciones de conflicto de otro modo: los problemas en la familia donde en ocasiones nos vemos desbordados en la relación con la pareja, los hijos, nuestros padres o hermanos; las tensiones en el trabajo con nuestros superiores, compañeros o subordinados; las toxicidades que a veces se producen entre nuestras amistades; el ambiente de desesperación ante situaciones de injusticia, guerra o corrupción social… No nos faltan problemas en nuestra vida, por eso Jesús nos dice hoy “que no se turbe vuestro corazón”.
ORACIÓN
««Yo soy el camino y la verdad y la vida».