Evangelio de hoy
San Lucas, Evangelista
Martes de la 29ª Semana del Tiempo Durante el Año
Evangelio según San Lucas 10, 1-9
“¡Que descienda la paz sobre esta casa!”
El Señor designó a otros setenta y dos, además de los Doce, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. Y les dijo: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados, que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni provisiones, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: ‘¡Que descienda la paz sobre esta casa!’. Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja, merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; sanen a sus enfermos y digan a la gente: “El Reino de Dios está cerca de ustedes”. Palabra del Señor.
Meditación
En el campo de Dios hay trabajo para todos, según el Papa emérito, Benedicto XVI. Y ojalá que este evangelio nos despierte la conciencia a todos los bautizados y cooperamos con la misión de Cristo, quien nos llama a prepararle el camino. Vamos pues, con su Palabras a dar testimonio de Él.
San Lucas resalta la alegría de los discípulos al regresar de la misión, pero Jesús les señala la verdadera causa de la alegría: que sus nombres estén escritos en el cielo. Ellos estaban motivados por los frutos de la misión. Otra característica del evangelista consiste en que la misión se extiende también a otros discípulos, entre quienes estamos incluidos. Lo importante es preparar el ambiente para el “encuentro entre Jesús y las gentes”.
Parece que aquellas “reglas claras y precisas”, nos conviene cuando queremos crecer en comunión, participación y misión, en sinodalidad: que nosotros mismos demos testimonio del amor fraterno, nos ayudemos, de dos en dos, (es decir, amar a Dios y al prójimo); que seamos pacíficos a pesar de todo, llevando un mensaje de paz. Confiados en la Providencia, “curarán a los enfermos” como signo de la misericordia de Dios. Sería providencial que este mes de octubre, mes de la misión, pongamos en práctica esta Palabra y nos alegremos con la evangelización.