Los militares malienses liberaron al presidente y al primer ministro de la transición, pero retomaron el poder, lejos de la exigencia internacional de un retorno rápido de un gobierno civil al frente del país. El coronel Assimi Goïta, instigador de lo que parece un segundo golpe de Estado en nueve meses, “asegura hasta nueva orden el cargo de presidente de la transición”, dijo el jueves a la AFP un alto responsable militar que pidió el anonimato.
Al liberar discretamente en la noche de miércoles a jueves el presidente Bah Ndaw y el primer ministro Moctar Ouane, el coronel Goïta y los otros golpistas cumplen una petición hecha por el Consejo de Seguridad de la ONU el miércoles.
Pero parecen muy lejos de la “reanudación inmediata” de una transición dirigida por civiles, también reclamada por el Consejo de Seguridad.
El Consejo de Seguridad había pedido “la liberación segura, inmediata e incondicional de todos los funcionarios detenidos e instó a los elementos de defensa y fuerzas de seguridad a regresar a sus cuarteles sin demora”.
El coronel Goïta dijo a la misión internacional enviada el martes a Bamako que esperaba encabezar la transición y nombrar un primer ministro, informaron diplomáticos que pidieron el anonimato.
Esta nueva toma de plenos poderes, a la que la comunidad internacional resistió tras el golpe realizado por los mismos coroneles en agosto de 2020 contra el presidente elegido Ibrahim Boubacar Keïta, obscurece de nuevo el futuro del país, crucial para la estabilidad en el Sahel.
La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), Francia y Estados Unidos esgrimieron la amenaza de sanciones.
Los militares hasta ahora no han comunicado sobre sus planes.
¿“Renuncias forzadas”?
En la noche del miércoles al jueves liberaron al presidente y al primer ministro, y según ellos habían renunciado.
Miembros de las familias confirmaron su liberación. Ambos regresaron a sus casas en Bamako, indicaron sus allegados.
Desde su detención, el presidente y el primer ministro de transición estaban retenidos en el campamento militar de Kati, a unos 15 km de Bamako.
A ese mismo lugar el presidente Keïta, reelecto un año antes, fue llevado por los coroneles en 2020 y obligado a renunciar.
El coronel Assimi Goïta (D) y el primer ministro Moctar Ouane (I), el 17 de noviembre de 2020 en Bamako, en Mali© AFP/Archivos MICHELE CATTANI
“Estoy bien. Fui liberado ayer por la noche. Estoy en casa”, dijo el jueves a la AFP Moctar Ouane, desde el teléfono de un allegado. Los teléfonos confiscados por los militares cuando fueron arrestados les fueron devueltos.
No habló en esa breve entrevista sobre su situación política ni sobre el anuncio el martes de su renuncia por los militares. Las condiciones de la renuncia de Ndaw y Ouane se desconocen, pero la sospecha es que fueron forzadas.
Estados Unidos suspendió la asistencia a las fuerzas de seguridad y de defensa malienses, anunció el departamento de Estado, y precisó que Washington estudia “medidas específicas contra los responsables políticos y militares que pusieron trabas a la transición civil hacia un gobierno democrático”.
Además de la CEDEAO y Francia, los países europeos también están dispuestos a aplicar sanciones, declaró el martes el presidente francés Emmanuel Macron quien se refirió a un “golpe dentro del golpe de estado”.
El tiempo