El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra pertenece a la tierra y habla de la tierra. El que vino del cielo está por encima de todo. Él da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie recibe su testimonio. El que recibe su testimonio certifica que Dios es veraz. El que Dios envió dice las palabras de Dios, porque Dios le da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus manos. El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.
- Palabra del Señor
- Gloria a ti Señor Jesús.
REFLEXION – P. Víctor Luís Cabañas (sdb)
En la primera lectura del Libro de los Hechos de los Apóstoles, los apóstoles son unos disidentes recalcitrantes y molestos. Ante el Consejo, el Sumo Sacerdote les interroga: “¿no os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése?”. Pedro y los apóstoles replican con toda razón: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”. Así que, desde el inicio, en la Iglesia han tenido un puesto los disidentes. Todavía debieran tenerlo. No habría nada que esconder. No habría que jugar con las palabras, asegurando, para tranquilidad del personal, que él no disiente de la Iglesia, sino que disiente en la Iglesia. Sospecho que quien así habla quiere cubrirse las espaldas, pero es muy posible que no lo logre y, como el mosquito zumbón en la mano del molestado cazador, su historia terminará siendo la crónica de una muerte anunciada. Menos mal que uno cree en la resurrección de los muertos.
ORACION
«El que cree en el Hijo posee la vida eterna».