Japón protestó este martes por la orden emitida por un tribunal surcoreano para vender bienes incautados a la japonesa Mitsubishi Industria Pesada para compensar a quienes hicieron trabajos forzados durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque Japón y Corea del Sur son democracias, economías de mercado y aliados de Estados Unidos, su relación bilateral ha sido tensa durante décadas por el mando colonial japonés en la península coreana de 1910 a 1945.
En ese período, unos 780.000 coreanos fueron obligados a realizar trabajo forzado, según datos de Seúl, sin incluir a las mujeres obligadas a servir de esclavas sexuales para las tropas japonesas.
La Corte del Distrito de Daejon ordenó el lunes que dos patentes y dos marcas registradas de Mitsubishi deben ser vendidas para compensar a dos mujeres nonagenarias que presentaron demandas, informó la agencia noticiosa surcoreana Yonhap.
Con ello esperan recaudar suficiente para pagarle a cada víctima el equivalente a 176.700 dólares en compensaciones e interesas, agregó Yonhap.
Es la primera vez que un tribunal surcoreano ordena la liquidación de bienes corporativos japoneses en un caso de trabajo forzado de la Segunda Guerra Mundial, indicó la agencia.
En respuesta, el portavoz del gobierno japonés, Katsunobu Kato, calificó la resolución surcoreana como una “clara violación del derecho internacional”.
“La parte japonesa solicitó fuertemente a la parte surcoreana, anoche (lunes) en Seúl y esta mañana en Tokio, tomar medidas apropiadas inmediatamente”, agregó.
Un tratado de 1965 permitió a Seúl y Tokio restablecer lazos diplomáticos, e incluyó un paquete de reparación por 800 millones de dólares en contribuciones y préstamos blandos, y estableció que las demandas entre los países y sus ciudadanos estaban “completamente resueltos y concluidos”.
Tokio insiste en que ese acuerdo extingue el derecho de las víctimas de hacer demandas.
“La empresa relevante va a apelar inmediatamente” el fallo surcoreano, agregó Kato.
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