(ANSA) Los cigarrillos electrónicos que irrumpieron en el mercado como una alternativa para dejar de fumar tabaco, provocaron otra víctima más en los Estados Unidos, la séptima, y se agitan controversias y desatan normativas más estrictas, aunque el problema parece estar en los líquidos que contienen para generar el humo. La nueva víctima tenía 40 años, residente de California, y murió de insuficiencia pulmonar vinculado a la aspiración de humos y líquidos con un dispositivo electrónico.

Las diferentes agencias gubernamentales estadounidenses están tratando de arrojar luz a lo que ya es visto como una epidemia de enfermedades pulmonares causada por e-cig y mientras el gobernador de California, Gavin Newson, anunció que lanzará una campaña a un costo de veinte millones de dólares para advertir sobre peligros de ese fumar artificial.


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