En una carta dirigida a su Vicario para la Diócesis de Roma, el Papa Francisco destinó los edificios anexos a la Basílica Papal de San Juan de Letrán, en el complejo de lo que se conoce desde hace siglos como el Patriarcado de Letrán, a actividades museísticas y culturales de diversa índole y contenido.
Andrea De Angelis – Ciudad del Vaticano
«La Iglesia, a lo largo de los siglos, siempre ha trabajado para promover lo que es fruto del genio y la maestría de los artistas, a menudo testimonio de experiencias de fe y como instrumentos para dar honor a Dios. Esto se ha hecho no sólo por amor al arte, sino también para salvaguardar el patrimonio cultural frente a los desafíos y peligros que lo habrían privado de su función y valor». Así comienza la Carta escrita por el Papa Francisco al cardenal Vicario Angelo De Donatis, en la que el Santo Padre destina los edificios anexos a la Basílica Papal de San Juan de Letrán a nuevas funciones culturales y museísticas.
Que el arte y la belleza sean utilizables
«Una responsabilidad tan especial, acompañada de la cuidadosa solicitud de considerar los lugares, los edificios y las obras como expresiones del espíritu humano y parte integrante de la cultura de la humanidad, ha permitido a mis predecesores -escribe el Papa en la carta fechada el 20 de febrero de 2021- transmitirlos a las distintas generaciones y trabajar para conservarlos y ponerlos a disposición de los visitantes y de los estudiosos».
Una tarea que también compromete al Obispo de Roma, hoy en día, en hacer utilizable la belleza y la importancia de los Bienes y el patrimonio artístico confiado a su protección». Por estos motivos, Francisco decidió destinar también a ese fin, «los edificios anexos a la basílica papal de San Juan de Letrán, sede de mi cátedra episcopal, bien consciente de la naturaleza que el curso y los acontecimientos de la historia atribuyen a ese complejo, junto con las disposiciones del Pacto Lateranense».