Talibanes y fuerzas gubernamentales combatían este jueves en la ciudad de Qala-i-Naw (noroeste), la primera capital provincial de Afganistán en ser atacada por los insurgentes desde el inicio de la retirada de las tropas estadounidenses. “Los talibanes se encuentran en la ciudad (…) Los vemos ir y venir con sus motos”, declaró a la AFP Aziz Tawakoli, un habitante de Qala-i-Naw, capital de la provincia de Badghis. “Las tiendas están cerradas, no hay casi nadie en las calles” y casi la mitad de los habitantes huyeron, añadió.
El miércoles, unas horas después de que el ejército estadounidense anunciara haber culminado “más del 90%” de su retirada de Afganistán, los talibanes entraron en esta ciudad de alrededor de 75.000 habitantes.
Desde mayo, cuando comenzó la salida definitiva de las tropas extranjeras, los talibanes están tomando amplias partes rurales del país y acercándose a grandes ciudades pero, hasta ahora, no se habían adentrado en zonas urbanas.
El ejército afgano lanzó una contraofensiva para retomar la ciudad. “Nadie pudo dormir la última noche por los bombardeos”, dijo Parisila Herawai, residente de Qala-i-Naw.
“Como mujeres, estamos muy preocupadas (…) Si los talibanes se quedan en la ciudad, no podremos trabajar y perderemos todos los progresos en materia de derechos de las mujeres de los últimos 20 años”, aseguró.
Zia Gul Habibi, una integrante del consejo provincial de Badghis, aseguró que “la situación no cambió realmente” desde el miércoles, con combates “esporádicos” en la ciudad.
Los talibanes ganan terreno en Afganistán© AFP Janis LATVELS
“Algunos miembros de las fuerzas de seguridad que se unieron a los talibanes los ayudan y los guían”, lamentó.
El miércoles, los insurgentes liberaron cientos de detenidos de la prisión de la ciudad y tomaron el control de la comisaría de policía.
En Twitter, el portavoz del ministerio de Defensa, Fawad Aman, declaró que “nuevos comandos llegaron a Badghis la pasada noche y lanzarán una operación de gran envergadura”.
Avance inexorable
Según un responsable de seguridad que pidió anonimato, la ofensiva “ha afectado las provincias vecinas”, entre ellas Herat, limítrofe con Irán, donde los insurgentes tomaron un distrito que hace frontera con Badghis.
“Esto ha sembrado un poco el miedo por todos lados”, indicó.
De acuerdo con fuentes de autoridades locales y de los talibanes, dos distritos de Herat fueron tomados durante la noche mientras los insurgentes se acercan al centro de la provincia.
Fuerzas de seguridad afganas montan guardia en una calle durante los enfrentamientos con los combatientes talibanes, el 7 de julio de 2021 en la ciudad de Qala-i-Naw, al oeste de Afganistán© AFP –
Ross Wilson, el encargado de negocios de la embajada estadounidense, criticó la ofensiva en Badghis que, según él, “viola los derechos humanos” y “dificulta todavía más la vida de los civiles afganos que ya luchan contra la sequía, la pobreza y el coronavirus”.
Según Human Rights Watch, los talibanes expulsaron a personas de sus hogares y saquearon o incendiaron casas en el norte de Afganistán.
En junio, los insurgentes trataron brevemente de atacar Kunduz, capital de la provincia homónima también en el norte del país.
Entretanto, la retirada de las tropas estadounidenses continúa a pesar del inexorable avance talibán y los retrocesos de las fuerzas afganas, que ya no disponen del crucial apoyo aéreo de los norteamericanos.
Las fuerzas extranjeras han abandonado numerosas posiciones, incluida la base aérea de Bagram, cerca de Kabul, la última semana.
Era la instalación militar más importante de la coalición internacional en Afganistán y centro neurálgico de sus operaciones en suelo afgano desde la invasión estadounidense tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
La Casa Blanca asegura que la retirada de sus tropas se habrá terminado a finales de agosto. Eso pondrá punto final a 20 años de presencia estadounidense en Afganistán, la guerra más larga de del país norteamericano en su historia.